Murmurio / El triunfo de los “rojos”

 Los ferroviarios españoles hace unas semanas que indignados ante las negaciones de sus explotadores se lanzaron a la huelga general, demostrando la fuerza y la conciencia que ya empieza a tener la clase obrera.

 

No fueron pocos los que perplejos se quedaron al contemplar la completa paralización de los ferrocarriles. Ni el gobierno ni la compañía se creían contemplar los magníficos detalles que ocasionaban las paralizadas estaciones producto de su intransigencia. Pero estos señores no comprenden que los tiempos cambian y no hay otro remedio que amoldarse a las circunstancias.

 

Ahora que ya no existe la censura, y recibimos noticias informativas de lo acaecido en dicho movimiento, vemos que la cosa ha sido transcendental. Que muchísimas de las noticias que la prensa diaria insertaba eran fabricadas exclusivamente para descarriar a la opinión pública.

 

En fin que como saben nuestros lectores el asunto estaba en manos de la junta de Reformas Sociales, resolviendo el pleito favorablemente como era de esperar, por las justas peticiones de los obreros.

 

Y entrando en el asunto que encabeza estas líneas, debo decir: que en España como en otras partes, entre las diferentes clases asociadas, existen dos tendencias denominándose “rojos” y “amarillos” y a medida que los ferroviarios de la nación se formaron en sociedad de resistencia no faltó quien se cuidara de ir recogiendo corderitos para formas estos sindicatos llamados católicos, rompedores de huelgas y traidores acérrimos a la causa del trabajo, y si no, lo prueba muy bien la actitud adoptada por el señor de la Defensa Social y por tanto también representante de los obreros borriquiles llamado Martín Álvarez que se opuso tenazmente, votando en contra de las aspiraciones obreras.

 

Yo no sé estos mansos obreros como pensarán ante el triunfo de los ferroviarios “rojos”. No comprenden estos obreros el papel ridículo que están haciendo ante la opinión pública.

 

En ciertas circunstancias rojos y amarillos se han abrazado para luchar unidos contra el capital sin olvidar cada cual las creencias políticas y religiosas, y esto tiene que venir algún día.

 

Y si no el tiempo lo dirá

 

Fisiócrata

 

EL OBRERO BALEAR

Núm. 757, 5 de agosto de 1916

CRISIS DE SUBSISTÈNCIES