Preparando el desembarco desde Mahón

Memoria Civil, núm. 18, Baleares, 4 mayo 1986

El 12 de agosto Bayo ordena que el Almirante Miranda y el Almirante Antequera bombardeen intensamente Palma y Sóller de las 13 a las 15, y concretamente a las 18,15 fue captado en Palma un mensaje que anunciaba su "inminente" rendición.

En un comunicado al Almirante de la Escuadra el Capitán Alberto Bayo le anunciaba el dia 13 que el proyectado desembarco se produciría en breve, solicitándole el envío urgente del destructor Díez y Fernández para utilizarlo durante tres o cuatro días, pues el éxito estaba asegurado.

Al siguiente dia, de madrugada, se capta un mensaje del propio Bayo desde el Marqués de Comillas dando instrucciones a Labra, Delegado Político del Almirante Antequera, para que el Comandante Gil Cabrera dispusiera el embarque de la guarnición de Ibiza y Formentera, dejando en aquellas islas los "elementos precisos para su seguridad".

El Almirante Antequera informa a Bayo que se está dispuesto para salir a las 13, y se solicita punto al que dirigirse y comisión a desempeñar, haciendo la observación de que transporte de milicias y bombardeo "son incompatibles", sugiriendo asimismo dar aviso a los buques extranjeros que abanonen el Puerto de Palma, por ser la artillería de la bahía de calibre 15.

Llegada triunfal de Bayo a Maó procedente de Eivissa

Anuncio a la Generalitat

Entretanto se sabe que Bayo se ha dirigido al presidente de la Generalitat y al Teniente Coronel Sandino para darles la primicia de que la primera fase del desembarco ya era realidad, al tomar las Fuerzas de Cabrera la isla Dragonera como amgo de desembarco, y hostilizando al enemigo con cuatro ametralladoras "para llamar la atención", y que el lunes, cuando se cuente con las Milicias que están en Ibiza, se desembarcará en Palma con la seguridad de un "éxito rotundo", por haberse tomado cuantas previsiones han sido precisas para el completo y definitivo triunfo.

Ya por la noche del mismo día, sobre la 22,45, el jefe de la expedición catalana conectaba de nuevo con el Antequera ordenando que emprendiera marcha llevando guarnición, milicias y material, suspendiendo el bombardeo sobre Palma, y que se acusara recibo en clave.

Tropas republicanas situadas en Menorca a la espera del desembarco

 

 

Precisamente en esta misma fecha el teniente de Navio Urzáiz daba aviso de que desde la costa de Campos se había observado que una motonave -al parecer el Ciudad de Cádiz- escoltada por un submarino llevaba rumbo a Mahón, y que La Rápita parecía el punto probable de desembarco para aquella misma noche, encontrándose por cierto indefensa. Argumentaba asimismo que el "cariz del tiempo" era de Levante, y que no era probable que "busquen la costa oriental"

El buque hospital Marqués de Comillas y el Ciudad de Barcelona recién llegados a Maó

Proclama al cuerpo de suboficiales

El día 15 de agosto, Bayo lanza una proclama sobre Mallorca destinada al Cuerpo de Suboficiales. El texto recuerda como el Vaticano, unas decenas de generales y cientos de oficiales dieron un golpe a la República, que triunfó en Zaragoza, Sevilla y algunas viejas capitales de Castilla. Y se les da a escoger entre el fusilamiento -si se hostilizaba a las fuerzas del desembarco-, la pérdida de la carrera y encarcelamiento -si se adoptaba una postura neutral, tibia o indecisa, es decir "no haciendo fuego sobre nosotros" pero tampoco ayudando-, o en fin acogerse a sus filas mediante información indiviudal para acreditar hostilidades contra los facciosos.

Bayo les indicaba que les perdonaría su "cobardía" y la falta de "testículos", y le daba pormenores sobre la operación, pata la que contaba con treinta hidroaviones, diez buques de guerra de la escuadra, seis mil bombas de aviación y ocho mil incendiarias, cinco submarinos, diez mil voluntarios -que "no son mercenarios"-, toda la artillería de Menorca e Ibiza y parte de la de la península, trimotores de bombardeo, un buque hospital con quince equipos quirúrgicos "de ases de la cirugía" voluntarios, cientos de enfermeras, y estaciones radiotegráficas. Un desembarco pues que quería acabar "con esta estúpida chulada que cuatro señoritos borrachos de una algre noche han querido llevar a cabo". Un desembarco, en fin, que liberará a todos los presos.

La proclama acaba esperando que los que no estuvíeren armados sabotearían las líneas telefónicas, y sugiriendo que se avise a la Guardia Civil que será castigada si detiene a los que salgan al campo. Pero también advertía aque los "más fanáticos y tontos" serían conducidos junto a "una tapia" donde "purgarán sus idioteces hechas al dictado de los jesuitas" con "cuatro tiros bienhechores".

Mas constancia se tuvo de la inminencia de los planes de Bayo al detectar que se habían modificado la necesidad de que las tropas de Mahón estuvieran dispuestas para salir, de manera que a las 5 del día 16 se encuentren ya en alta mar para intervenir. Y que desde alta mar el Comandante Gil Cabrera había informado que Estat Català llegaría a bordo del Isla de Tenerife, que por su parte comunicaba a su vez al ministro de Marina que a las 11 se dirigiría a Mahón.

Por si faltara algo la Comandancia Militar todavía contaba con la confidencia de que se preparaba el desembarco para el mismo día 15 o el siguiente; y que en el ataque intervendrían dos torpederos, dos submarinos, tgres aviones y un transporte con milicias.

Prevenciones

Todavía a veinticuatro horas de desembarco Bayo firmaba las Prevenciones para los Jefes de las Milicias y Fuerzas regulares, disponiendo que la operación se llevara a cabo en la playa extendida entre Cap Vermell y la Cala de Manacor, el domingo deía 16 a las 3 horas por medio de barcazas.

Las fuerzas se extenderían por la zona comprendida entre Cap Vermell, Artà, Manacor y Cala Manacor, donde permanecerían durante cuarenta y ocho horas, fortificando y haciendo caso omiso de "recados verbales que nunca daré". Todas las órdenes serían pues por escrito, y no deberían dispararse en el momento del desembarco, aunque así se hiciera desde tierra, para impedir la localización exacta de las fuerzas en la playa.

Finalmente y todavía el día 15 se captó una comunicación de Bayo para Enrique Gil Esteve, comisionista valenciano que se alistó y con treinta y tres hombres completó el número de doscientos de una columna, y que desde Barcelona había pasado a Menorca con poderes de representación del Sindicato Nacional de Transporte Marítimo. El Capitán de la Aeronáutica le daba también instrucciones concretas para el frente de Manacor.

Un frente que efectivamente se abriría el 16 de agosto.

Foto publicada en el Diari de Barcelona que sugiere la fidelidad republicana de la marinería