Aniversario

 

El día 13 de este mes cumplió el primer año de la muerte violenta del hombre inocente. Los que creyeron y siguen creyendo que la obra que hacia esta intelectualidad conocida era grandiosa por la magnitud que encerraba en si, habrán sentido al cumplir el 1ºº aniversarios, un escalofrío de rebeldía contra los que por saciar apetitos brutales decretaron la muerte del valeroso Ferrer, que delante los fusiles inconscientes aguardó impasible, lleno de audacia redentora, la bala reaccionaria que tenía por misión el quitar una existencia indeleble cual coraza de acero, y al unísono del viento que silencioso y ruborosamente surcaba paciblemente los nefastos fosos del malhadado castillo de Montjuich, con patente y cálido acento el cual hizo temblar el pavimiento que del rocío estaba chamuscado, hizo vibrar, cual campanada lúgubre en los corazones del pelotón, el grito de ¡Viva la Escuela Moderna!

Los que sentenciaron y aprobaron la sentencia recaída al hombre que por regenerar a la humanidad sucumbió mártir de sus ideales, aparecerá constantemente delante de ellos y brotará de sus boca palabras que reprocharán la inicua conducta seguida contra él, pues los que creyeron que matando Ferrer Guardia, frustraban el germinamiento de su comenzada obra ‘cuán equivocados iban al creer que inutilizando un cuerpo para su funcionamiento, también inutilizaban la idea, el comenzar de la obra, ¿quién quita, quién detiene eso? Nadie, ni la fuerza bruta, ni el ultramontanismo, ni los que veneran lo viejo cual imagen infalible, acorralaron sin dejar fructificar la idea, que en hora de regocijo le sugerió su entendimiento, espíritu invencible en que el batallar constante no le hizo mella de ninguna clase.

La juventud que es la que de sus textos ha de sacar provecho efectivo para ir transformando la vieja y antihumana sociedad en sociedad próspera y culta, es la que con más amor y cariño ha de ver en Francisco Ferrer Guardia la figura del regenerador que cual potente foco de luz brillante iba en finísimos hilillos de saber derramando lo que con su voluntad de acero acaparó en su cerebro, para irlo dando desinteresadamente al que se encontraba necesitado.

Saludemos los jóvenes este 1º aniversario con cantos de gloria al león de melena dorada por el saber, que delante las bocas frías de los maüsers con toda su entereza echó traspasando fronteras el invicto grito de ¡Viva la Escuela Moderna!

EL OBRERO BALEAR

Núm. 449, 15 de octubre de 1910

 

 

fideus