¡Fuera caretas! 

Por correo y bajo sobre cerrado hemos recibido el número atrasado de EL OBRERO BALEAR y en sus partes laterales hemos encontrados escrito en lápiz y sin firma alguna lo siguiente:

“¿Por qué no se pone en evidencia al comerciante que vendió la harina mala? Hay que quitar caretas sino se dirá que los socialistas están vendidos al oro de los contrabandistas y al de los vampiros y envenenadores del pueblo trabajador.

Nada de contemplaciones con vampiros, ladrones, acaparadores, contrabandistas y demás hampa que se enriquece con la ruina y la miseria de nuestro pobre pueblo. ¡Abajo las caretas! ¡Mueran los ladrones!”

Este es el anónimo que se nos ha enviado y que contra nuestra costumbre le hemos hecho caso publicándolo. Pero fíjense los lectores que el autor habla de ladrones, vampiros, contrabandistas, acaparadores y demás sin hacer ninguna denuncia concreta, pues lo de la harina averiada, aparte de que hablemos de ello en otro lugar de este número, Bisbal sacó el asunto en el Ayuntamiento y el cual acordó llevarlo a los tribunales.

¡Abajo las caretas! –dice el autor del escrito de referencia y él no da la cara ni pone su firma al pie de lo que dice, escondiéndose tras la careta del anónimo que es la más odiosa de todas las caretas, que significa cobardía, falta de valor cívico y vileza.

Vengan sí, nombres de acaparadores, ladrones y contrabandistas y nosotros les quitaremos la careta y los denunciaremos al público y a los tribunales, pero que vengan esas denuncias bien concretadas y garantizadas con el nombre del denunciante o mediante acto de presencia personal. De lo contrario no las haremos caso.

Más dispuestos que nosotros a quitar caretas y a luchar contra los enemigos del pueblo no los hay y la prueba está en la historia de toda nuestra vida periodística. Humildes somos, pero honrados; y jamás éste periódico ni los socialistas se han doblegado ni doblegaran ante el oro ni los halagos ni las censuras de nadie, sino que seguirá en la línea de conducta que se tiene trazada de combatir el capitalismo expoliador del trabajo y a cuanto redunde en perjuicio de la clase oprimida. Claro está que no siempre llenaremos por completo nuestro cometido, pero no será por falta de voluntad y buen deseo, sino porque nuestras fuerzas no alcanzarán a más.

Ya lo sabe el autor del anónimo y el público en general: Este periódico recogerá y publicará cuantas denuncias se le hagan contra los que trafican a costa de las circunstancias y la miseria del pueblo, debiendo empero acompañar a las denuncias la garantía de su exactitud mediante firma conocida o presencia personal del denunciante ante la redacción.

Igualmente y con iguales requisitos se puede recurrir al concejal socialista en todo lo que afecta y dependa del Ayuntamiento, en la seguridad de que tanto el periódico como Bisbal cumplirán su cometido a conciencia.

EL OBRERO BALEAR nº 836

Palma, 15 de febrero de 1918