1922 – Alerta trabajadores

 

Unos cuantos desaprensivos ex-esquiroles, y otros sempiternos enemigos de pagar las cuotas a sus respectivas entidades, se han dado a la tarea de crear entecas sociedades amarillas al margen de los Sindicatos Albañiles, Madera y Metalúrgico.

 

La llamada “Casa del Pueblo” es el recipiente recogedor de todo lo que no es sociable de la organización.

 

Indudablemente será a esa, la única misión en que quedará reducida la sucursal de D. Juan. Pero vosotros, los que amáis la verdadera y única organización, que con dignidad y energía ha estado y está decidida a oponer un dique de sana rebeldía a la ambición desmedida de la burguesía, os daréis cuenta exacta, de que vuestro puesto no puede ser otro, que el de permanecer fieles a vuestros sindicatos respectivos, que emancipados de toda tutela de caudillaje, han sabido echar por la borda, el perjudicial lastre, que representaba, la convivencia con elementos mediatizados por la Política y el Capitalismo. Tened en cuenta compañeros todos, que la lucha que se avecina es cruenta, y hay necesidad de estar preparados a todo evento preponderante de la Patronal que cual en el Continente se dispone a lanzarse sobre nosotros y arrebatamos las escasas mejoras económicas que tanto trabajo nos costaron, como igualmente aumentarnos la jornada. Y es por esto, que os gritamos con la energía que nuestra convicción nos impone, de hacer oídos sordos a las sirenas de la cobardía manifiesta, a los corifeos de fosilizados y convencionales organismos vacíos de toda ideología y de enervante quietismo.

 

La ruta de nuestros sindicatos, está preñada de bellos idealismos emancipadores, sentidos al únisono por todos los explotados del mundo, y hay necesidad de marchar de acuerdo con los mismos, hacia la conquista de nuestras justas reivindicaciones, si no queremos permanecer aislados del resto del mundo y que se nos considere, como rémora incapaz, de todo intento de lucha, por y para la consecución de nuestro bienestar.

 

Frente a esas pobres gentes de mísera pequeñez, oponemos la serena y desdeñosa actitud de los convencidos, de los que, con alteza de miras y con honda conciencia societaria, están predispuestos a saltar por encima de todos los obstáculos que se opongan a su paso reivindicador de una futura realidad de justicia, de amor y de libertad.

 

Delegado Regional

 

    CULTURA OBRERA nº 150

    1 de Julio de 1922