1922 –  Congreso Casa del Pueblo – Los socialistas de Palma y nosotros

Somos enemigos acérrimos de los torneos de pluma entre trabajadores. Creemos que estos deben reservar sus energías para combatir el actual régimen de explotación y tiranía, en vez de malgastar en desdoro de sus compañeros de opresión y esclavitud. Por eso hoy sentimos vivamente el tener que dedicar por un momento la energía de nuestro pensamiento en la refutación de ciertos argumentos que algunos compañeros de explotación emplean para zaherir nuestro modo de ser y la sublimidad de nuestro carísimo ideal. Además opinamos que es una verdadera lástima que nuestros periódicos, de tan pequeño tamaño y semanarios, en vez de defender los intereses de la clase trabajadora, para cuyo fin se fundaron, tengan que emplear sus columnas en fomentar odios entre dicha clase, defendiendo así los intereses contrarios o capitalistas y no la propia causa.

 

La disparidad de criterio entre los trabajadores respecto a la adopción de tal o cual táctica para combatir el capitalismo, ha existido desde que empezó la lucha de clases y seguirá existiendo mientras dure el actual régimen. Es natural que así sea, dada la infinidad de gradaciones que existen en la psicología evolutiva del pensamiento humano. Es muy justo y lógico, pues, que cada cual exponga sincera y noblemente sus ideas, por disparatadas y erróneas que estas sean en si. Lo que no es justo ni lógico es que se refuten ideas contrarias partiendo de una base falsa de la torcida interpretación (creemos que esta vez a sabiendas y esto resulta aún peor) de aquellas.

 

Nos referimos a los argumentos empleados en el editorial del último número de “El Obrero Balear” para refutar ciertas declaraciones que hacíamos en el penúltimo número de CULTURA. Son completamente falsas todas cuentas consecuencias afirma se deducen, el mencionado órgano de los socialistas de Palma, de dichas afirmaciones nuestras. Y vamos a demostrarlo a continuación:

 

CULTURA OBRERA no es un periódico anarquista, como dice “El Obrero” sino un periódico sindicalista-anarquista, que no es lo mismo. Por lo tanto CULTURA OBRRA “no engaña al mundo llamándose “Órgano del Ateneo Sindicalista y de la Federación Regional del Trabajo de Baleares”. “El Obrero” nos dice, además, que esta entidad solo existe de nombre. ¿Quiere decirnos el mencionado colega con cuantos afiliados o Sindicatos adheridos debe contar una Federación para serlo algo más que de nombre? Porque a fe nuestra, la Federación Regional del Trabajo de Baleares, por el número de afiliados y de adheridos, es algo más que un nombre. Que digan los trabajadores si “El Obrero” no miente a sabiendas.

 

Luego “El Obrero” afirma que los anarquistas persiguiendo como fin la implantación del comunismo libertario aspiramos a formar gobierno y que “por lo tanto son tan políticos como los demás políticos”. Otra vez el mencionado colega miente a sabiendas, pues é sabe, tan bien como el que más, lo que es anarquía o comunismo libertario. ¿Cómo pueden aspirar los anarquistas a formar gobierno si anarquía quiere decir no gobierno? Como pueden ser políticos los anarquistas al rechazar toda clase de gobierno, si política es el conjunto de principios que sirven de norma para el gobierno de un país?

 

Rogamos a todos los obreros lean en cualquier diccionario la definición de las palabras anarquistas y política y se convencerán de nuestras aseveraciones- Lean lego algo de la riquísima bibliografía anarquista y se instruirán en la sublimidad del ideal ácrata. Lean los obreros las obras de Kropotkin, Grave, Letourneau, Malatesta, etc. y entonces se convencerán de lo erróneas que son las afirmaciones que hace “El Obrero” respecto al anarquismo y a los anarquistas.

 

Dice luego “El Obrero” que los anarquistas queremos hacer de la C.N. del Trabajo “un organismo de partido a base de la dictadura anarquista … “ Aquí nuestro colega también miente a sabiendas.

 

Donde no existe ninguna clase de gobierno, como en la orientación anarquista, no puede existir ninguna clase de dictadura, sino la más amplia autonomía colectiva e individual. El decir que no admitiremos en nuestra misión otras orientaciones e ingerencias que aquellas que vengan de los mismos anarquistas, no es decir que cual dictadores las impondremos a alguien, es solamente decir que para nosotros no admitiremos otras.

 

Sepan, pues, todos los obreros que, lógicos en nuestros principios anarquistas, no queremos imponer nada a nadie; pero, usando de un perfectísimo derecho que concedemos a todo el mundo, admitiremos o rechazaremos lo que creamos conveniente admitir o rechazar.

 

En el número aludido de CULTURA nosotros decíamos: “Sepan, pues, socialistas y no socialistas, que, efectivamente, deseamos que todas las Sociedades y obreros de la Casa del Pueblo sean anarquistas partidarios de la acción directa y del comunismo libertario. Queremos que todos sean antipolíticos y rebeldes, sin Dios ni Rey ni amo” ¿Hay acaso en las presentes frases alguna imposición o principio de dictadura’ No. Desear no es imponer. Querer, no es sinónimo de desear, tampoco es imponer. Decíamos nosotros deseamos, queremos; pero no decíamos ni diremos jamás imponemos, ordenamos o mandamos. ¿Dónde está, pues, la dictadura?

 

Habla, después, “El Obrero” del despotismo de la C.N. de T. y de que los anarquistas queremos ser los dioses, los reyes y los amos absolutos de los demás negándoles incluso el derecho a pensar. Todo esto y mucho más dice “El Obrero” sabiendo que miente.

 

En fin, no podemos continuar tratando asuntos vertidos de tan mala fe como los que publica dicho editorial de “El Obrero” sabiendo que miente.

 

En fin, no podemos continuar tratando asuntos vertidos de tan mala fe como los que publica dicho editorial de “El Obrero” los cuales apunto con el fin a exclusivo de zaherírnos.

 

No somos tan cándidos como algunos se habrán creído.

 

Ya sabíamos que nuestras afirmaciones de anarquistas serían comentadas por los socialistas y que estos sacarían ante los obreros todo el provecho propio posible de las mismas, ya que, desgraciadamente, tan poco conocida es la anarquía entre los trabajadores. Lo que no creímos jamás es que tuvieran el valor de dar, a sabiendas, a la anarquía una definición tan diferente de la verdadera y de zaherir tan descaradamente a los anarquistas a los que nos identificamos con el sublime ideal anarquista.

 

… Y hétenos ahí que hemos llenado unas cuantas columnas de nuestro paladín libertario y hemos pasado un rato escribiendo algo que por cierto no va contra nuestro enemigo común, sino contra hermanos nuestros tan desgraciados y explotados como nosotros y … mientras tanto, los capitalistas se ríen y se burlan de nosotros, de unos y de otros.

 

Dejaremos a “El Obrero Balear” que tome la actitud que quiera, que por cierto lo que acaba de tomar no es la de Marx, el apóstol del socialismo, al decir “trabajadores del mundo, uníos”, ni mucho menos la que puede conducirnos a la formación del “frente único” tan cacareado por los socialistas palmesanos. El “frente único” se habría formado en Palma, si la labor de los socialistas palmesanos no hubieran entorpecido la celebración del Congreso obrero, pues los sindicalistas iniciamos la celebración de dicho Congreso con el fin de que de él saliera una potente unión obrera capaz de vencer a la altiva Patronal.

 

CULTURA por su parte no se ocupará más del asunto que ha motivado las precedentes líneas, al menos en su editorial. Prefiere más ocuparse en combatir a las instituciones actuales que no a sus mismos compañeros de explotación, sean cuales sean sus ideas.

 

Con que, salud, colega de los socialistas palmesanos, y ante todo sinceridad. ¡Ah! Se me olvidaba decirte que lo de las defunciones, tampoco es cierto, pues todos seguimos “vividos y coleando!,

 

 

 

 

    CULTURA OBRERA nº 138

    8 de abril de 1922