1922 – Notas breves

 

El judas de la organización palmesana ocupa la silla presidencial de la Casa del Pueblo. Los corifeos le han ofrecido este honorífico cargo en desagravio de la derrota sufrida en las últimas elecciones municipales.

 

Las organizaciones obreras le han saludado con la mueca del desprecio. El homenaje que ha recibido consiste en la salida de la Casa del Pueblo del Sindicato de Laborar Madera, La Metalúrgica, Sindicato de Albañiles, Sociedad de Oficios Varios y otros que pronto tomarán igual acuerdo.

 

‘Bien pagado ha sido el judas!

 

Ahora que sus secuaces hagan una suscripción para regalarle una corona de laurel para cubrir su testa atrofiada.

 

¡¡Borregos, rendid tributo al Genio del Mal!!

 

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Tuve ocasión de leer una hoja que lanzaron a la publicidad los albañiles ¿socialistas? de la Casa del Pueblo. El objeto que perseguían “los que quedan en casa” era la celebración de una importante asamblea para constituir un nuevo Sindicato.

 

La hoja fue repartida profusamente, según nos dice “El Dia” y para completar el caluroso llamamiento publicaron en la prensa burguesa, como reclamo, una nota diciendo, que había cien albañiles que continuaban afectos a la Casa del Pueblo.

 

La junta se celebró, pero faltaron los cien; solo hubo veinte y cinco concurrentes. Quince de la politicalla-borreguil socialista, cinco que no han pertenecido nunca al gremio de albañiles, y los restantes que son cinco fueron dados de alta en nuestro Sindicato por un compañero comunista que tuvo a bien asistir a la “importante asamblea”.

 

Del resultado de la asamblea no tenemos que hablar. Basta y sobra con decir a nuestros lectores que el mejor orador fue Mora tipo de baja estofa sin ápice de cultura ni de sentido común.

 

En fin, pusieron de manifiesto ante los veinte y cinco su incapacidad e ineptitud para estar al frente de una entidad que corresponda a las aspiraciones del proletariado.

 

Y a propósito de los albañiles sociolistos, en la convocatoria que publicaron de su reunión, hacen afirmaciones gratuitas y que sólo responden a su vieja táctica de dominación. Nosotros, los sindicalistas, no queremos imponer nuestra dictadura, pues somos enemigos de ella, ellos son los únicos que tienen la costumbre de dominar y mangonear a los trabajadores. Muestra: solo se invita a los que están conformes con la Casa del Pueblo, los demás no son albañiles.

 

Pobres limpiabotas de un zapatero.

 

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Mientras continúa el desfile general en la Casa del Pueblo nosotros laboremos para que los trabajadores comprendan la bondad de nuestras doctrinas y la eficacia de nuestra táctica.

 

BELDA

 

Palma, 3 Junio de 1922

 

    CULTURA OBRERA nº 147

   10 de Junio de 1922