1923 – La huelga de Obreras de la Fábrica de Camisetas de D. Enrique Escapa

 

Sería pecar de despreocupación y no menos de ignorantes el creer que con tres semanas de huelga que llevan estas compañeras, no hubiera quien se ocupara de sembrar el confusionismo entre ellas, tratar de desunirlas para que fracasasen en sus justas demandas que con energía y entusiasmo defienden, y que se vieran obligadas a entrar de nuevo al trabajo, humilladas por su derrota denigrante sometiéndose de nuevo al régimen de ignominia y de esclavitud establecido en la fábrica por su tirano, su déspota … señor Escapa.

 

Y los seria, porque nosotros sabemos demasiado las artimañas de que se valen nuestros tiranos para poner en práctica sus maquiavélicos planes siempre en perjuicio de nuestra clase, en todos los movimientos huelguísticos y más en el presente, tratándose de mujeres que pretenden emanciparse un tanto de su estado de esclavitud, miseria y tiranía a que están sometidas.

 

Y no faltan en estos momentos las Damas de Estropajosa.

 

Estas señoras que son la genuina representación del oscurantismo, la falsedad y la mentira, al darse cuenta de que estas compañeras cansadas de sufrir y ser tiranizadas, pisoteados sus derechos y otras cosas más, se rebelan, se levantan con energía para protestar ante la faz del mundo contra tantas tiranías y vejámenes de que son objeto y acuden al Sindicato en demanda de apoyo y solidaridad, salen a su paso estas señoras, pretendiendo con sus coacciones, sus amenazas, que abandonen a sus compañeros y amigos que a su lado luchan en su defensa para que vayan con ellas al local estropajoso, calle de Brosa y se conviertan en traidoras a su misma causa. Estas señoras que tanto alardean de sentimientos humanitarios, ahora se dan cuenta de que les han hecho presa de unas mujeres; jamás se dieron cuenta cuando estas sufrían resignadas los azotes del látigo del tirano y cuando hay bastantes fábricas que trabajan en las mismas condiciones y son vilmente explotadas sus trabajadoras. Pero esto no nos causa sorpresa por cuanto quizá alguna de estas sea la señora de alguno de estos tiranos sin sentimientos y sin conciencia.

 

Y no parará aquí la razzia; desde el púlpito y el confesionario se pondrán aun más en juego otros resortes parra emponzoñar a estas compañeras y separarlas de buen propósito de emancipación.

 

De esto deberían darse cuanta los trabajadores todos, y poner su empeño en ligar el triunfo de estás compañeras y no consentir, por ningún concepto, que estas mujeres sean arrastradas solapadamente hacia el abismo por estas gentes que sus sentimientos no son otros que los de vivir a expensas del sudor ajeno y su labor estriba en propagar y aconsejar la resignación, confortamiento y obediencia a sus tiranos, sus explotadores.

 

Y vosotras, compañeras que hasta ahora habéis sabido cumplir con vuestro deber de obreras honradas, si por casualidad sois de nuevo molestadas (que lo seréis) por estas llamadas Damas de Estropajosas o por cualquier otro que con sus mismos fines pretendiera atraeros hacia ellas, sed lo bastantes enérgicas para demostrarles vuestra más absoluta disconformidad en sus promesas y proposiciones, y cuando os digan que rozando con tantos hombres y tan desalmados comos los sindicalistas, peligra vuestra honra y vuestra dignidad, decidles: nuestra casa es la de los desheredados, en ella solamente se cobijan los hombres honrados y los sindicalistas no son sino unos hombres que, cargados de sentimientos humanos, luchan sin sosiego para la emancipación de los desheredados de la fortuna y vosotras, Estropajosas y vuestros satélites que lucháis enfrente de nuestra clase, no podéis compartir con nosotras las ansias de liberación humana.

 

De esta manera daréis a comprender a estas señoras que lucháis conscientemente y que lucharéis hasta vencer o morir.

 

Luchad, pues, que la lucha es vida y de esta lucha y esta vida depende el triunfo de nuestras aspiraciones y las vuestras que son las mismas.

 

   CULTURA OBRERA nº 201

   23 de Junio de 1923