1924 – VIVA LA CASA DEL PUEBLO!

Nunca será por demás recordar a los trabajadores la inmensa trascendencia que tiene el tener un edifico social propio de las condiciones de nuestra Casa del Pueblo.

Al recordárselo nosotros en este día 1º de Mayo no sólo nos inspira el deseo de que le presten todo el calor de su apoyo para que pueda llenar los fines altruistas para que fue construida, sino también para que se pongan en condiciones de poderlo preservar y defender de una serie de peligros más o menos lejanos que le rodean ¡Son tantos los enemigos que ha tenido y que tiene!

Y, menos mal si esos enemigos fuesen solamente de los llamados negros, de los de la acera de enfrente; pero los hay también de los nuestros. Unos por bilis personal, otros porque el serrín de su cabeza les figura substancia gris y muchos por ignorancia supina e indiferencia en todo.

Nada nos importa los enemigos de enfrente, los de bilis ni los del serrín. Estos son fáciles de vencer. ¡Pero los ignorantes, los indiferentes, los que no quieren saber nada de nada, esos son temibles!

Las Sociedades Obreras son propietarias de la Casa del Pueblo y tienen derecho a albergarse en ella; pero esos derechos de propiedad y albergue están sujetos a normas y preceptos que los interesados no estudian ni conocen y por esta causa principalmente pueden venir los serios peligros a que nos referimos.

Pensamos publicar una serie de artículos analizando y comentando la escritura y reglamento de dicho edificio en la forma más clara e imparcial que podamos. Todo en vistas al peligro de la ignorancia.

Por hoy nos concretamos a señalar estos peligros (no tenemos tiempo para más) y a gritar con toda la fuerza de nuestros pulmones,

¡Viva la Casa del Pueblo!

EL OBRERO BALEAR nº 1151

1 de mayo de 1924