Aina Calvo descobreix la placa al pati d’Armes del castell de Bellver amb Joan Huertas, que hi va estar tancat durant la Guerra Civil per les seves idees democràtiques. Huertas estava molt emocionat. Foto: SERGE CASES.

 

Bellver es retroba amb la memòria històrica de 1936

 

 

Cort destapà ahir dues plaques en homenatge als represaliats a l’Illa arran de l’alçament del 36

F.MARÍ. Palma.
Restituir la memòria d’aquells que patiren els fets i les conseqüències del 1936. Aquesta és la feina que des de fa uns anys realitza l’Associació per a la Recuperació de la Memòria històrica que ahir, juntament amb l’Ajuntament de Palma, destaparen a Bellver dues plaques en record als centenars de víctimes de l’alçament feixista. El camí que uneix l’entrada del bosc fins al polvorí fou el primer punt de trobada del prop del centenar de persones assistents l’acte. Aquell camí fou aplanat pels presos del cop d’Estat del 19 de juliol i, ara, setanta anys després, una placa guardarà el seu record. La suor d’aquells homes obligats a realitzar treballs forçats es veu reconegut. La regidora de Cultura, Nanda Ramon, i Catalina Moià, filla de Baltasar Moià tancat a Can Mir, foren les encarregades de descobrir la placa en un acte carregat d’emotivitat.

El pati d’armes del Castell de Bellver fou la segona aturada de l’acte d’ahir. Damunt del cadafal, la presidenta de l’Associació, Maria Antònia Oliver, presentà els familiars d’alguns dels homes assassinats pel franquisme. Joan Lacomba, Leni Jordà, «néta d’Antoni Jordà, republicà, socialista i pinero», com definí ella mateixa, i Miquel Montserrat foren els encarregats de llegir algunes de les cartes que els seus parents enviaven a la família mentre estaven tancats al Castell. Cap dels tres tornà a ca seva amb vida, és més, ningú sap encara on descansen els seus ossos.

Les cartes llegides ahir pels familiars presenten un element en comú, el llenguatge planer a través del qual aquells homes intentaven tranquil·litzar les seves famílies. Unes línies que servien per demostrar la seva existència. «Que encara eren vius», com definí el membre de l’Associació Manuel Suárez. «Entre aquestes parets arribà a haver-hi 800 persones tancades a l’hora, mentre que a Can Mir arribaren a ser 900 detinguts», explicà Suárez. Quatre represeliats de la dictadura també volgueren ser presents a l’acte. Gabriel Riera, tancat a Can Mir; Magdalena Nebot; Llorenç Noguera, també pres als Caputxins; i Joan Huertas, empresonat al mateix castell de Bellver; foren els vertaders protagonistes d’un matí en què els sentiments es mostraren a flor de pell. «A la una de la matinada de l’1 de setembre em dugueren aquí pres», foren unes de les poques paraules que Joan Huertas aconseguí expressar entre llàgrimes arran de tant de patiment.

Just després, la batlessa de Palma, Aina Calvo, i el mateix Huertas destaparen una placa en memòria de totes les persones que arran de la repressió feixista foren perseguides i fins i tot assassinades. El pati d’armes del Castell ret, a la fi, un petit homenatge als demòcrates.

Diari de Balears 21/10/2007

 

Cort rinde homenaje a los presos de la represión franquista en Bellver

La alcaldesa, Aina Calvo, y miembros de la asociación Memòria de Mallorca descubren una placa en recuerdo de las víctimas

C. AGUSTÍN
«Fue el 1 de septiembre del 36, a la una de la madrugada cuando me vinieron a buscar». Estas fueron las únicas palabras que pudo pronunciar Joan Huertas, natural de Capdepera, ya que las lágrimas no le dejaron continuar. Junto a Biel Riera, fueron los dos únicos supervivientes de Bellver presentes ayer en el homenaje a los presos del franquismo que tuvo lugar en el patio de armas del Castell.

«El que fuera entonces una joya de la tortura, el Castillo de Bellver, hoy es un monumento a la libertad», señaló Maria Antonia Oliver Paris, en nombre de la asociación Memòria de Mallorca, organizadora del homenaje que dio voz a los presos «como hombres libres», junto al Ajuntament de Palma.

La alcaldesa de Palma, Aina Calvo, destacó la importancia de «recordar los errores del pasado. El perdón y la amistad requieren de la verdad. No entiendo el discurso catastrofista que ha suscitado la Ley de la Memoria Histórica», dijo.

Calvo y Juan Huertas descubrieron en el patio de armas del castillo una placa homenaje con la siguiente inscripción:
«En memòria de totes les persones que arran de la repressió feixista desencadenada pel cop d’estat del 1936 contra el Govern legítim de la II República foren perseguides, empresonades i fins i tot assassinades».

Poco antes, los asistentes al homenaje habían recorrido al «camí dels presos», camino que une la entrada del bosque de Bellver con las cuevas que desempeñaron funciones de almacén militar y que fue construido por los presos encarcelados tras el golpe de estado del 36, donde la regidora de Cultura, Nanda Ramón, inauguró otra placa.

En Bellver estaban también Magdalena Nabot, presa en Can Salas, y Llorens Noguera, apresado en la cárcel de los Capuchinos.En el acto, familiares de presos desaparecidos leyeron algunos fragmentos de las cartas que conservan como único recuerdo de ellos. Es el caso de Ramon Lacomba, Antoni Jordà y Joan Montserrat, todos ellos asesinados.

«Madre sabrás que ya empiezo a leer el periódico... Estoy bien...». «Mándame un abrigo y unas alpargatas... Como sabrás Martín ya no está conmigo». «Necesito un bote para matar pulgas y tabaco...».

«Las cartas describen la vida cotidiana e intentan sobre todo tranquilizar a las familias», explicó Manuel Suarez, miembro de Memòria de Mallorca.«El objetivo de la represión era la alienación del individuo, someter voluntades».El hecho más siniestro fueron ‘les tretes’, término con el que los presos eran liberados, aunque en realidad eran llevados en camiones, normalmente a la Creu de Porreres, donde los fusilaban. ‘Les tretes’ se llevaron a cabo en el periodo del gobernador Mateu Torres Bestard y el comandante Barrado, desde septiembre del 36 a 1937», especificó.

El acto concluyó con la interpretación de «El cant dels ocells», de Pau Casal.

Ultima Hora 20/10/2007

 

 

la associació memòria de mallorca descubre dos placas conmemorativas

Homenaje a los presos de Bellver

El emotivo acto contó con la presencia de la alcaldesa de Palma, Aina Calvo, y de antiguos presos del castillo y sus familias

MÓNICA G. DOARTE. PALMA. La Associació Memòria de Mallorca realizó ayer, en colaboración con el Ayuntamiento de Palma, un sentido y emotivo homenaje en el que se descubrieron dos placas en memoria de los presos que estuvieron encerrados en el castillo de Bellver durante la represión franquista. El acto contó con la presencia de la alcaldesa de Palma, Aina Calvo, y la regidora de Cultura de Cort, Nanda Ramón. Asimismo, asistieron familiares y antiguos presos del castillo y diversos miembros de la Associació Memòria de Mallorca. También estuvieron presentes Biel Barceló y Toni Alorda en representación del PSM, y Miguel Ángel Llauguer y Antoni Esteva, de Els Verds.


"Quiero dar las gracias al Ayuntamiento de Palma por implicarse en la recuperación de la historia para curar las heridas que aún están abiertas y se han de cerrar", afirmó la presidenta de la asociación, María Antonia Oliver. Por su parte, la alcaldesa Aina Calvo señaló que "el perdón, como la amistad, requiere verdad" y se manifestó en contra de "los discursos catastrofistas contra la Memoria Histórica, pues en términos históricos la Guerra Civil está cerca y sus protagonistas están aquí, entre nosotros. Sus ideales continúan vigentes y no son minoría, sino una legión". También puntualizó : "No nos mueve la venganza".


La alcaldesa subrayó además que los asesinados durante la represión franquista "eran inocentes, fieles a principios y valores que la mayoría compartimos; que estas placas nos recuerden que, por suerte, todos los que estamos aquí hemos tenido una segunda oportunidad". Antes de acabar su discurso, Aina Calvo recordó que "la memoria es importante para no perder el sentido de nuestras vidas".


La primera de las placas se descubrió en el camino que une la entrada al bosque de la calle del Bellver con las cuevas que fueron almacenes militares, y que fuera construido por los presos después del golpe de Estado del 19 de julio de 1936. La segunda, ubicada en el patio del castillo, recuerda que éste ha sido usado como prisión durante los primeros meses de la Guerra Civil y que después de dicho golpe muchas personas fueron perseguidas, encerradas y asesinadas.


Durante el transcurso del acto, diversos familiares de presos asesinados leyeron sus antiguas cartas. "A través de éstas, los presos recuperaban la memoria para las próximas generaciones", dijo Manel Suárez, un miembros de la junta directiva de la Associació Memòria de Mallorca, que está realizando un estudio histórico sobre las prisiones franquistas en la Isla.


El momento más emotivo del acto, que hizo llorar a muchos de los asistentes, fue cuando un antiguo preso, Joan Huerta, intentó hablar y le fue prácticamente imposible debido a la emoción. Precisamente, fue él quien descubrió la placa ubicada en el patio, junto con la alcaldesa Aina Calvo. Antes de acabar el acto se guardó un minuto de silencio en memoria de los muertos.

Diario de Mallorca 20/10/2007