SOBRE EL ABARATAMIENTO DE LAS SUBSISTENCIAS

Preparando la campaña en Palma

 

Se acerca la fecha indicada por los organismos obreros de España, donde unánimemente debe lanzarse a la lucha, para contrarrestar la pasividad de un gobierno inútil e incapaz de encauzar las aspiraciones de la avalancha proletaria, que muy en su derecho trabaja estoicamente como campeones del fin perseguido, para ligar de una vez, y sin demora, algo que alivie la insoportable vida, que el obrero en primer lugar y muy tenazmente tiene que soportar con todas las horrorosidades de una vida llena de privaciones y calamidades, que algún día tienen de mejorar.

 

En esta última publicación debemos de alegrarnos grandemente, porque los requerimientos que este modesto semanario en números anteriores hizo, han sido bien acogidas por los obreros asociados de la ciudad. A dicho fin casi todas las sociedades de Palma se reunieron el lunes próximo pasado en el local del Centro Obrero, donde provistos de la mejor armonía y entusiasmo, acordaron nombrar una comisión que provista de amplios poderes irá preparando la mejor importancia a la Campaña Nacional.

 

Como es de esperar, seguramente dicha Comisión organizará algún acto, donde el pueblo de Palma puede exteriorizar su protesta, y al mismo tiempo demostrar a los poderes constituidos, que en esta ciudad invadida por la hipocresía perniciosa, todavía reina algún átomo de conciencia que sabrá cumplir como sus necesidades aconsejan.

 

Verdaderamente es grande la indiferencia que existe entre las masas; en su aletargada actitud, no se preocupa un ápice de su propia existencia, día tras día, va amontonando sus miserias con la sonrisa en los labios, igual que la meretriz que en medio de su desventura, siempre su cara alegre y sonriente sigue el precipicio del vicio y la lujuria. Pero entre el silencio fraticida que amenaza con despauperar esa existencia tan penosa y tan naturalmente codiciada, se levanta el obrero organizado, el único que de en medio de la podredumbre hispana sinceramente gesticuliza el brazo salvador, de esa patria tan rica y tan desvalijada arteramente por su falsos hijos, ¡ay de nosotros si no logramos echarlos, lejos, muy lejos de nuestra compañía!

 

¡Proletariado mallorquín! A la lucha por la vida, que sin ella, segura es la muerte.

 

EL OBRERO BALEAR

Núm. 775, 9 de diciembre de 1916

CRISIS DE SUBSISTÈNCIES