La campaña Nacional
El proletariado español, que es el que con más
intensidad toca las consecuencias de la actual
crisis, ha visto sus esperanzas defraudadas, sus
peticiones pisoteadas.
El 18 de diciembre hizo un paro general para
pedir al Gobierno que atendiese sus peticiones y
el Gobierno que a lo que parece es algo sordo,
no ha atendido a la clase trabajadora, a pesar
de haber transcurrido tres meses.
Ante esta nueva burla, ante este nuevo desengaño
del inepto Gobierno, en la Casa del Pueblo de
Madrid se han reunido los delegados de todas las
sociedades de España para acordar en definitiva
o que debe hacerse en vista de no haber atendido
a los obreros.
De los acuerdos que se tomen daremos cuenta a
nuestros lectores.
El Gobierno y los periódicos monárquicos y
burgueses hacen muchos comentarios respecto a
las reuniones de los delegados y se conoce que
están preparados.
Pero la campaña actual no es obra de unos
cuantos, como dicen; es obra de todos los
trabajadores a quienes la vida se les ha hecho
imposible y buscan por todos los medios legales
vivir.
¿De quién es la culpa?
Del Gobierno que no atiende las necesidades del
país; del Gobierno que al ver reunidos en la
Casa del Pueblo a delegados de todas las
provincias dice que los acontecimientos no
acogerán desprevenidos al Gobierno.
Es decir les declara la guerra. En la actitud
pacífica y razonable del pueblo, el Gobierno
contesta en son de guerra y ¡quién sabe si a la
hora presente ya están los mausers preparados!
Porque aquí, en España al que pide pan y trabajo
se les da metralla.
Precisa que todos prestemos el apoyo a los que
en Madrid trabajan en beneficio de todos.
¿Repercutirá la campaña en Mallorca? Los
acuerdos que se tomen, ¿los acataremos?
Una acción mancomunada es, sin que nadie falte
en la lucha, el mejor remedio para lograr
nuestras aspiraciones.
Núm. 791, 31 de marzo de 1917
|