DESPUES DEL MOVIMIENTO
¿De quien es la responsabilidad?
Dicen así:
Ante el éxito de la
Asamblea el Gobierno busca un nuevo
conflicto violento. La responsabilidad de los
sucesos de agosto.
Fracasado el juego del Gobierno, los acuerdos de
la
Asamblea llegaron por fin a conocimiento de
España toda y de toda España nos venían voces de
adhesión a nosotros y de indignación contra el
Gobierno, y de todas partes de España había
ayuntamientos que acordaban adherirse, y de
todas partes de España se constituían núcleos
pidiendo a la
Asamblea les orientara, les guiara, puesto
que querían también ir con nosotros. Y el
Gobierno pensó inmediatamente en el nuevo estado
de violencia que había de provocar, al objeto de
que por encima de la sangre del ejército y del
pueblo consagrara su permanencia en el poder. Y
encontró, señores, la ocasión que le diera la
huelga ferroviaria, huelga que cuidó el Gobierno
de hacerla insoluble con su intervención entre
los obreros de la Compañía del Norte.
Porque el Gobierno sabía que la huelga
ferroviaria traería consigo la huelga general; y
así como, señores, en las maquinaciones del
Gobierno respecto a la Asamblea tuvimos los
directores cordura bastante para hacerlas
fracasas, los directores del proletario español:
no tuvieron suficiente cordura o energía para
impedir fuese realidad la maniobra del Gobierno
encaminada a llevarles a la huelga general.
Y el Gobierno, señores, tuvo la ocasión que
buscaba. No era un movimiento político que
pudiese sumar a todas las clases; era un
conflicto social, era manifestación de lucha de
clases, con sus características más violentas:
la huelga general. Y el ejército, fatalmente,
había de estar al lado del Poder, y también, con
la huelga general. Y el ejército, fatalmente,
había de estar al lado del Poder, y también, con
la huelga genera, inmensos sectores de la
sociedad burguesa estarían fatalmente al lado
del Gobierno. Mas hoy, señores, han podido
llamarse las cosas por su nombre, hoy el pueblo
y el ejército saben claramente el engaño de que
fueron víctimas, la trampa en que cayeron, y
Besteiro en nombre de los obreros, proclama
la existencia de un intervención misteriosa, que
únicamente a actuación del Gobierno puede
atribuirse, que llevó a los obreros a decretar
la huelga general, y hoy el representante de las
Juntas de Defensa, el coronel Márquez, proclama
en carta que habéis leído todos, que solamente
es repetición de un concepto suscrito para todas
las armas del ejército, en que declara que esta
revuelta fue provocada por el Gobierno con el
objeto de procurar que el ejército se lanzara
contra el pueblo que entre éste y aquél hubiera
un reguero de sangre que les hiciera
incompatibles.
Núm. 821, 2 de noviembre de 1917
|