¡Gran mitin en el Teatro Balear!
Se celebrará mañana domingo a las 10 de la mañana y al
terminar se organizará una manifestación pública
que irá al Ayuntamiento y al Gobierno Civil a
presentar unas condiciones para que se abaraten
las subsistencias y se coloque a los obreros
desocupados.
¡OBREROS! No faltéis ni al mitin ni a la
manifestación.
El problema del hambre
A grandes males grandes remedios
Grave, gravísima es la situación por la que atraviesa
actualmente la clase obrera en general de toda
España Pruebas incontrovertibles de ello son los
sucesos que ocurren a diario por todas las
poblaciones y capitales de la nación. Madrid,
Barcelona, Valencia, Santander, etc., han sido
teatro de tumultuosas y sangrientas
manifestaciones de la clase obrera que,
hambrienta y acorralada por falta de pan y
trabajo, ha asaltado tahonas y tiendas de
comestibles para no dejarse morir de necesidad.
La ley de vida, el instinto de conservación
–principios sagrados e inmutables de la
Naturaleza- se interponen y arrollan los
principios de propiedad que las leyes del estado
burgués garantizan y amparan, leyes que son
absurdas y arbitrarias puesto que de igual modo
y con mayor motivo no atiendan ni amparan el
derecho natural, innato en el hombre como en
todos los seres, de vivir y desarrollarse
conforme es debido.
Injusta y desequilibrada es una sociedad que no garantiza
el derecho de vida a sus miembros, que los deja
en el mayor desamparo ante cualquier
circunstancia anormal y deja que se aprovechen
de ella los grandes capitalistas, los grandes
acaparadores que monopolizan la riqueza social
sobre la miseria de los desheredados de la
fortuna.
Ante problemas tan graves como los presentes, que producen
esas convulsiones de hambre en toda España,
nuestros gobiernos son tan tercos e inhumanos
que en vez de buscar soluciones prácticas al
conflicto, aplicando a los grandes males grandes
remedios, agravan y complican más la situación
echando mano de la guardia civil para que acalle
el hambre del pueblo con el plomo del fusil
Mauser.
Esas torpes y sangrientas medidas del gobierno irritan a
los trabajadores y podrían dar lugar a que
estallase el odio popular tan en formidables
llamaradas que ni el gobierno ni toda la fuerza
armada fuesen capaces de apagar el incendio
nacional.
Es preciso, pues, que el gobierno atienda el justo
clamoreo del pueblo, es necesario que ponga
cuanto medio esté en su mano para resolver con
la mayor urgencia el problema del hambre, cada
día más aterrador en toda España. Estos medios
han de encaminarse a que no falte trabajo a los
obreros y a que se abaraten las subsistencias
hasta el límite proporcional al salario de
aquellos.
Mil medios tiene el gobierno para conseguirlo.
Por lo que respecta a Palma el conflicto se presenta
horripilante. Nosotros que todos los días
contemplamos el espectáculo que ofrece el número
cada día mayor de los sin trabajo, que acude al
Centro Obrero en busca de solidaridad y apoyo de
los demás obreros allí organizados; nosotros que
vemos el cuadro triste que ofrecen y oímos el
relato de sus necesidades; nosotros que hemos
tenido que socorrer con alimento inmediato a
algunos que han caído desmayados por hambre,
entre ellos una mujer que amamantaba una
criatura; que les vemos en sus reuniones y
escuchamos lo que dicen y lo que están
dispuestos a hacer; que conocemos su
desesperación y presagiamos el resultado a donde
ha de conducirnos, nosotros llamamos la atención
del Ayuntamiento y del Gobernador y les decimos:
La situación de estos obreros no puede prolongarse un día
más: o se morirán de hambre o defenderán su
existencia por los medios reprobables que les
quedan.
Quien pueda evitarlo y no lo evita que asuma la
responsabilidad. Nosotros cumplimos nuestro
deber anunciando el peligro.
Núm. 736, 11 de marzo de 1916 |