Campaña
decidida A las organizaciones obreras ESTIMADOS COMPAÑEROS: La campaña de subsistencias y crisis
de trabajo acordada en el último Congreso de la
Unión General, y que como sabéis debía haber
dado principio el 16 de julio, tuvo que ser
suspendida a causa de la huelga ferroviaria, que
sirvió al Gobierno de pretexto para suspender
las garantías y declarar el estado de guerra. Restablecida la normalidad constitucional y puestos de
acuerdo los Comités nacionales de la
Unión General y de la
Confederación Nacional, se ha resuelto que
el día 15
del corriente mes se celebren en toda España las
manifestaciones y mitines que señaló el
acuerdo del Congreso de la
Unión, como igualmente dirigir un manifiesto
al país, que recibiréis en paquete aparte. Las reclamaciones acordadas por el referido Congreso son
las siguientes:
Primero.
Reclamar una vez más del Parlamento y del
Gobierno:
El
abaratamiento de los medio de transporte.
El fomento
de las obras públicas.
La
regularización del intercambio de productos, de
modo que se garantice eficazmente la
satisfacción de todas las necesidades del país.
La supresión
de los privilegios industriales, que vienen a
acentuar la crisis nacional presente.
La
terminación de los gastos improductivos,
especialmente de la criminal guerra de
Marruecos.
Segundo. Que
para preparar al pueblo a la realización de una
campaña que tenga por finalidad el obtener del
Parlamento y del Gobierno la adopción de
aquellas medidas se proceda inmediatamente por
las organizaciones de la
Unión y por cuantos quieran adherirse a este
movimiento, a realizar una labor intensa en su
propio seno, encaminada a recabar el concurso
del mayor número posible de elementos
profesionales, para que cada colectividad pueda
desarrollar el máximo de su fuerza.
Tercero. Que
después de realizada esta labor intensa de las
colectividades, se celebren en toda España, y en
el mismo día, reuniones y manifestaciones
públicas encaminadas a conseguir que se
incorpore a nuestra acción el mayor número de
elementos posible.
Cuarto. Que
se faculte al Comité nacional para que, en el
plazo de tres meses, recoja las informaciones
que suministren las localidades y reuniones
respecto al espíritu en ellas existentes y a los
trabajos efectuados, para que, en unión de
representantes de varias regiones, que quedarán
nombrados por el Congreso, decida la
conveniencia de organizar en toda la nación un
paro general de protesta, que durará un día,
señalando la fecha en que ha de realizarse.
Quinto. Que
si verificado el paro general de un día no
dieran satisfacción ni el Parlamento ni el
Gobierno a las legítimas demandas del pueblo,
convoque nuevamente el Comité nacional a los
representantes de las regiones designados por el
Congreso, y en unión de ellos fije la línea de
conducta que debe seguirse con arreglo a lo que
las circunstancias aconsejen.
Además se acordó igualmente reclamar
una amplia amnistía para los condenados por delitos politicosociales.
El punto primero de las resoluciones copiadas y la
amnistía son la base de la reclamación al
Gobierno, que se ha de hacer por todas las
organizaciones el día 15 de octubre. Para dar mayor realce a los mítines que se celebren, las
organizaciones harán bien realizando cuantos
esfuerzos puedan, ya publicando hojas convocando
al pueblo a las reuniones, ya dando conferencias
previas, ya reclamando oradores de poblaciones
cercanas para que los actos tengan más
brillantez, y de todo aquello que se considere
beneficioso para que la masa obrera y de todos
cuantos sufren las consecuencias de la pavorosa
situación que crea la carestía de las
subsistencias, den gallarda muestra de no querer
consentir que el hambre y la miseria depaupere a
la nación. Y si el Gobierno no atiende esta manifestación de protesta
y de justa reclamación, de lo que es el nervio y
el alma de España, procederemos al paro general
de un día, y si tampoco fuésemos atendidos,
habrá llegado el momento de poner en ejecución
lo que determina el punto quinto de los acuerdos
transcritos. Las organizaciones de la Unión General no pueden
permanecer calladas ante la desesperante
situación, la inactividad sería signo de
conformidad y es preciso que el Poder público se
aperciba de nuestros justos deseos. Madrid, 1º de octubre de 1916.- Por el Comité nacional:
VICENTE BARRIO,
secretario.-
FRANCICO L. CABALLERO,
vicepresidente. Núm. 766, 7 de octubre de 1916
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