La constitución del Ayuntamiento de Palma

Nos encontramos a 8 de enero y todavía no ha podido constituirse el Ayuntamiento de Palma, no obstante dictar la ley que debe constituirse el día 1º del año.

Los conservadores han echado mano de todos los medios de obstrucción a su alcance para dificultar la administración municipal e impedir las tareas concejiles. Ellos, la gente de orden, dejan en desorden los intereses de la población y con su actitud laboran el desorden en la calle, provocando al pueblo con frases insensatas y ya demasiado gastadas y queriendo llevar hasta su fin la “hostilidad implacable”, sin duda para demostrar fidelidad a la consigna dada por su jefe el Sr. Maura.

A nosotros no nos extraña semejante actitud de los conservadores. Acostumbrados a mangonearlo todo y a ponerse la ley por zapatilla cada vez que les ha parecido bien, creían que a pesar de todas las leyes de incapacidad contra el elegido concejal Sr. Salas, éste se sentaría en el sillón edilicio sin ninguna dificultad; y, naturalmente, al ver ahora que el tiro les salió por la culata se sienten atacados de nervios y en la rabia del pataleo empuñan el arma de la obstrucción y la ridiculez, asistiendo unas veces si y otras no a las sesiones, a fin de ganar tiempo para que caiga como maná providencial el milagro que les de la suspirada mayoría.

Esperamos confiadamente que los concejales de las izquierdas conservaran imperturbable serenidad y decidida entereza, como lo han hecho hasta el presente, para echar por tierra los maquiavélicos planes de esa gente que tiene la desfachatez de decir que al Ayuntamiento no se ha de ir a hacer política y ellos en cambio la llevan a la casa comunal del modo más descarado y odioso.

Hasta aquí las izquierdas han sido prudentes y han mostrado entereza en el cumplimiento de las leyes, impidiendo que los conservadores las bastardeasen, cual era su objetivo. Más estos con sus desplantes han ocasionado varias refriegas con el pueblo, que gracias a la excesiva prudencia y cultura (así como suena) de los apaches no hemos tenido que lamentar más que alguna que otra contusión o herida leve.

Mediten bien los conservadores el espectáculo que preparan con sus provocaciones, procuren evitar un desbordamiento del pueblo porque el jugar con fuego suele producir quemaduras.

Y para que esto no llegue, a las actuales circunstancias, lo mejor es prudencia y prudencia.

EL OBRERO BALEAR

Núm. 409, 8 de enero de 1910

 

fideus/