En Marruecos

 

Los españoles en la tranquilidad de su inercia (la mayoría de ellos) no ven la desatentada política que sigue nuestro gobierno en la cuestión de Marruecos.

 

Nos preguntamos muchas veces ¿por qué tanta acumulación de fuerzas de distintas armas en Ceuta, cuando los gobernantes nos dicen que únicamente se trata de una simple inspección de policía? ¿Y la columna que manda el general Alfau con sus 3.000 y pico de hombres operando a cinco kilómetros de la zona de Melilla también va a hacer una inspección de policia?

 

El estratagema de la prensa burguesa, fiel servidora de la burocracia, se limita a darnos las noticias tan escuetas que siempre les falta la esencia y la importancia que requiere en asuntos tan delicados como el que tratamos.

 

Rotativos hay también que preconizan la necesidad de que nuestras tropas intervengan para poner paz a los robos y asesinatos que continuamente se cometen en el Riff.

 

Se emplean estos llamativos anuncios para que el pueblo se calle y consienta las demasías de sus gobernantes, cubriendo el propósito de realizar una nuevo avance en dicho territorio hasta la ocupación de la plaza de Tetuán.

 

Y nos quieren hacer tragar aquello de que, ¡una simple operación de policía! ….Si en verdad fuera cierto esto, no vendrían telegramas notificándonos que la bandera española ha sido plantada en nuevas posiciones adquiridas. Y una vez realizado esto se dan vivas a España.

 

Esto es peligroso, y a más de ser peligroso, es una provocación a los naturales del país, porque fácil es de que de momento los moros influyentes impidan los ímpetus de los rebeldes contra nuestras tropas, pero día no lejano el telégrafo nos anunciará que nuestras tropas han sido atacadas por fuerzas marroquíes.

 

En este trance, vendrá la lucha, nos encontraremos otra vez con una guerra de conquista tanto o más desastrosa que la de 1909, y el proletariado sufrirá las consecuencias de una crisis económica después de gastos y las vidas de la juventud quedadas en el campo de batalla en holocausto del deber patrio, mientras los patrioteros con 1.500 pesetas habrán librado a sus hijos de la guerra.

 

No debemos permanecer tranquilos los obreros ante tan bochornoso acto de nuestro gobernante Canalejas, por la política tan desastrosa y tan suicida, debemos protestar, agitar a toda la nación, removiendo las fuerzas de los obreros y llegar a todos los extremos si el gobierno sigue su insensato proceder.

 

A los socialistas toca alzar la bandera de paz y ponernos al frente del pueblo hambriento de justicia.

 

Levantemos todos la voz gritando como un solo hombre: ¡Paz! ‘Paz! ¡No queremos guerra!

   

EL OBRERO BALEAR

Núm. 479, 20 de mayo  de 1911

 

 

fideus/