A los liberales y republicanos de Palma

Ahora que habéis roto la alianza política que, en estrecho lazo os unía desde mucho antes del desenfreno de Maura, y que a nuestro entender solo era justificable en la época funesta de las represalias y persecuciones por los sucesos de julio, para afirmar el principio de libertad y devolver la calma al espíritu nacional y extranjero; ahora que ya no andáis confundidos como una sola familia para reuniones y banquetes nos creemos justamente autorizados para amargar vuestro desenlace diciéndoos algunas verdades, toscas como todo los nuestro, pero adornadas con la sinceridad y la lógica que es peculiar en nosotros.

 

A lis liberales les diremos que desde la invasión a Palma de la fiebre weilerista, y de la que, desgraciadamente, fueron atacaos los republicanos, su historia está llena de deslealtades y traiciones cometidas, ora con los conservadores, ora con los republicanos, en aras de ningún ideal noble que defender. Tan asquerosa ha sido vuestra conducta, tantos equilibrios y vaivenes habéis hecho en la política que no concebimos seáis capaces de salir a la vía publica sin al menos llevar un cubrevergüenza, a la cara. Vuestro partido, que no ha sido partido nunca, sino una cuadrilla de aventureros que solo ha buscado medrar de la política, ha sido siempre una sentina de inmundicias y despojos de los demás partidos y por eso los ha traicionado y vendido cada vez que han tenido la debilidad de escucharos y recogeros de los continuos naufragios que habéis corrido por el mar de la política.

 

Vuestra actitud con el exconcejal republicano Sr. Ramis y con su partido demuestra no solamente que los habéis traicionado villanamente, sino que os habéis sometido a Canalejas y a su capitán general indirecto Sr. Maura por la mezquina ambición de uno o dos diputados, con lo cual os habéis encenegado en el mismo fango maurista que no ha mucho os repugnaba y echabais en cara de los socios de La Peña, habéis abofeteado al mismo Moret, vuestro único e indiscutible jefe nacional y habéis hecho de Judas de la libertad, del pueblo palmesano y de la justicia.

 

Si el pueblo tuviera memoria y un poco más de sentido común, es fácil que no volvierais a intentar siquiera pronunciar el nombre de liberales, porque esta palabra en vuestros labios ni tiene virtud ni significativo.

 

Y vosotros, republicanos, cándidos republicanos que os fiasteis siempre de los cantos de sirena, ¿Qué decís ahora con este nuevo desengaño de los falsos liberales? La última alianza que con ellos concertasteis, y que sin duda fue causa de muchas disidencias y quebrantos en vuestro partido, ni era justificada ni oportuna ni honrosa. De haber tenido en cuenta las anteriores traiciones que os hicieron, los agravios de ellos recibidos cuando teníais mayoría en el Ayuntamiento y el hecho de pediros la conjunción cuando no servían más que de lastre a los conservadores y éstos se lo habían quitado de encima, por poco que hubieseis reflexionado sobre esto habríais visto que ellos no tenían más objetos que satisfacer a vuestras espaldas sus insanos egoísmos para luego, una vez conseguido su fin daros por recompensa un puntapié como os lo han hecho y os lo harán cada vez que cometáis el absurdo de creerlos.

 

Los hombres de ideas no se encuentran en los partidos monárquicos y por lo mismo no hay que buscar ni admitir alianzas con ellos como no sea en casos muy excepcionalísimos, debiendo terminar el convenio así que terminen las circunstancias que lo han motivado.

 

Sírvales de escarmiento a los republicanos el proceder de los liberales y aléjense de ellos como de una mala noche si es que no quieren desprestigiarse ante la masa del pueblo, única a quien se debe servir y amar más que todas las cosas.

 

Y ahora, a trabajar republicanos y socialistas contra los monárquicos y contra la monarquía. Pero de firme.

     

EL OBRERO BALEAR

Núm. 424, 23 de abril de 1910

 

fideus/