Cosas de Canalejas

Parece que Canalejas piensa llevar a cabo sus reformas democráticas, y por si acaso lo ponemos en duda, manifiesta que todo cuanto piden los obreros en sus Conclusiones de los mítines celebrados el 1º de Mayo, están en el programa del gobierno, menos la revisión de los procesos por la Semana Trágica; pero, Sr. Presidente, ¿cree V. que somos tan cándidos? Somos algo ignorantes, pero no tato que truequemos su verborrea en varonil pensamiento, pues si dijese lo que da treguas ya se hará cuando aprieten las clavijas, o lo que es lo mismo cuando los obreros obliguen, y lo de prematura no podemos ni aún tan siquiera plantearlo, porque pudiera ocurrir algo más que la caída de un ministerio. Y sobre todo que no me dejan –que, a pesar de convenir no nos convencería de su ineficacia para cambiar la faz del pueblo hambriento de justicia.

Sabemos perfectamente que todo Poder burgués por demócrata que se tilde y por regenerador que se llame, no va más allá de lo que el capitalista le ordene y si nos creyéramos que un gobierno fructifica por su propia virtud, sería ilusión comparable a la del incauto portero, creyéndose con llave en mano, árbitro para manejar la portada a su capricho.

Si el Ministerio actual pretendiera legislar por la clase trabajadora, como tantas veces ha cacareado, en las luchas que, durante su estancia en la dirección del país, hánse sucedido entre patronos y obreros, hubiésemos notado que la balanza se inclinaba a favor de los últimos; pero al contrario, aún el más miope puede haber comprendido, -sin consumir mucho fósforo- que en todos los sitios donde se ha desarrollado una huelga, la primera Autoridad ha hecho cuanto ha estado de su parte porque triunfe la clase a quien representa, la clase patronal.

Aunque son muchas los casos que pudiéramos presentar donde los gobernadores han abusado de los huelguistas, nos parece será suficiente poner de relieve la huelga de Palma de Mallorca, en la que no pudo marcarse más la acentuada parcialidad por parte de todo el que olía a mandarín; como también la de albañiles de Madrid que conociendo, tanto el Gobernador como el Ministro los trámites de la huelga, las causas que originaron ésta, la razón que asiste a los trabajadores por defender, además de una mejora la dignidad y el decoro que merece quien obra con la cordura y sensatez que ellos, pues, el Sr. Canalejas, que sabe también como los otros que los aparejadores faltan a su compromiso de una forma decidida; de una manera significada pero así como entre –bastidores- trabaja por la pronta derrota de la Sociedad “El Trabajo”; de lo contrario ejercería coacción sobre los miserables que faltando a lo más sagrado que caracteriza al hombre, han provocado el conflicto.

Sentimos muy mucho todo cuanto mal sufran los desheredados, pero quizá esta vez; puede que las consecuencias del paro de albañiles sean tan trascendentales, que se lleguen a contar en la Historia como uno de los acontecimientos más principales de nuestros días.

¡Ojo, Canalejas, que las cosas principian por poco.

EL OBRERO BALEAR

Núm. 478, 13 de mayo de 1911

 

fideus