Quien mal anda mal acaba  ( curtidores

Así ha sucedido a Antonio Tomás (a) Inquero.

Dicho sujeto, cuando estalló la última huelga de obreros curtidores, trabajaba en la Fábrica de Curtidos de D. Jaime Morey y ocupaba el puesto de capataz, y por conservar dicho puesto, que indignamente desempeñaba, no tuvo empacho por quedarse en la casa sirviendo de esquirol y traicionar la causa que defendían sus compañeros de trabajo; el tiempo que duró la huelga se prestó a hacer las mil raterías para más asegurar el puesto que ocupaba; vino la solución de la huelga; entraron en la fábrica los obreros, y el trabajo empezó su curso normal, pero el citado, fuese por malicia u odio a los obreros, todas las semanas tomaba obreros y despedía a los que tenía y hacía un continuo teje y desteje del personal, sin saber lo que hacía, hasta que un día el dueño de la fábrica, harto de ver todas las semanas personal nuevo, le llamó a su despecho y le preguntó a qué obedecía el ver todas las semanas cambio de trabajadores y el encargado le respondió que los despedía porque no le servían para el trabajo; pero como el propietario no es lego en la materia y conoce perfectamente los trabajadores si son buenos o no lo son, comprendió que era él el que no servía para encargado, ni correspondía a sus intereses y le dijo:- pues de hoy en adelante si quieres trabajar en la casa trabajarás como obrero a las órdenes de otro encargado, sepas que yo prefiero más tener un obrero cincuenta años, que no en un año cambiar de cincuenta obreros.

Mi hombre se fue con el rabo entre las piernas a trabajar como obrero y al mando de un obrero de la casa, que había sido huelguista, u el señor le dio la confianza de encargado de la fábrica, esto representa el quitar los galones a “S’Inquero” porque no servía para tener mando, como tampoco sirve para trabajar, a no ser de simple peón curtidor, y les puso a un obrero digno de la representación que lleva por ser un buen oficial, y había sido huelguista de la casa.

Pero no para aquí la cosa; Francisco Bosch (a) “Maceo”, tiene relaciones con una hija de “S’Inquero” y éste hizo que antes de solucionarse la huelga fuese a trabajar en casa del señor Morey, y abandonó la sociedad y junto con él trabajaba un hermano suyo al cual le dijo que si no se daba de baja de la sociedad lo haría despedir de la casa y en vista de la negativa de su hermano, el “Maceo” lo hizo despedir, cometiendo una traición a su hermano que con su perfecto derecho quiere ser socio de la sociedad de su gremio.

Sepan estos dos sujetos, “S’Inquero” y “Maceo”, que los ruines procederes que han usado con sus compañeros de trabajo, no extrañan a los individuos de la Sociedad Unión de Curtidores porque el olmo no puede dar peras y estos dos rufianes que tan mal han dado con su conducta, debían de tener un mal final mereciendo el despido de la fábrica y el desprecio de los trabajadores curtidores.

Uno que no es traidor.

EL OBRERO BALEAR

Núm. 489, 29 de julio de 1911

 

fideus