1927 – LA UNIÓN GENERAL DE BALEARES

Con regocijo registramos el ingreso en dicho organismo de tres sociedades, en lo que va de la celebración del último Congreso celebrado en 31 octubre próximo pasado, a la fecha actual. En Noviembre último ingresó la sociedad de “Obreros Fogoneros” de Palma, con 40 asociados; en Enero del año actual “Organización Regional Ferroviaria”, de Palma, con 120 socios, todos obreros de los Ferrocarriles de Mallorca, y últimamente ha entrado ha formar parte de la misma el “Sindicato del Ramo Metalúrgico” de Palma, con 40 socios.

El ingreso de estos tres organismos proletarios, si bien no representan notable diferencia en la cifra del conjunto de afiliados a la Unión, no por esto deja de tener bastante importancia. El momento actual, de aguda crisis de trabajo, forzosamente tiende al descenso de los cuadros obreros, las organizaciones gremiales del obrerismo ven mermados sus efectivos debido al paro forzoso de muchos de sus componentes, pero este en modo alguno puede desmentir la suma de voluntades que representa la adhesión de nuevas colectividades.

De las sociedades cobijadas en la Casa del Pueblo, se puede decir que ya no queda ninguna que no pertenezca a la “Unión General”, las cuales suman unas 17 que con las de los pueblos de la Isla; Alaró, Lluchmajor, Esporlas y Calviá, llegan a 21.

De algo ha de servir el que muchas de estas organizaciones lleven muchos años invertidos en andanzas societarias; esto, como todo lo que va uncido al tiempo, al transcurso de los años, da experiencia y ésta enseña que siempre que la masa proletaria se ha ejercitado por medio de sus organismos en peleas y en rivalidades, ha perdido lastimosamente el tiempo, sin contar que la ponzoña infiltrada por medio de estos pugilatos, al pueblo trabajador, ha sido enorme.

Es preciso, se impone, en bien de la clase y de todo el conjunto social, que sanemos para siempre del mal funesto que en mala hora arraigaron la insidia, las pequeñeces y el mal entendido amor propio. Amando la bondad de la causa alejaremos indefinidamente el retorno de añejas camarillas y de discordias poco edificantes.

Echemos un velo sobre el pasado y saturémonos con nueva moral y sólo así lograremos grandes bienes en pro de la liberación de los esclavos del salario.

En muchas ocasiones, los principios de escuela o táctica no s lo que impide el que los trabajadores se mantengan unidos o compactos y sí lo que son los defectos que llevamos apuntados.

Pongamos todos la bondad de nuestros corazones al calor de este conglomerado proletario “La Unión General” y así, como hoy expresamos vanagloria por haberse robustecido en tres secciones más, dentro de poco podremos proclamar que es un firme e inexpugnable baluarte con el que cuentan, para su defensa, los trabajadores mallorquines.

Jotabe

 EL OBRERO BALEAR nº 1297

25 de febrero  de 1927