Renace la organización obrera en Palma

Es un hecho innegable que la organización obrera de Palma vuelve a renacer. La clase trabajadora, después de algunos años de apatía y sueño vuelve a las filas de sus sindicatos, que dejó abandonados sin razón alguna y que si no han desaparecido del mapa sindical ha sido gracias a los héroes de siempre, al puñado de convencidos que nunca abandonan su puesto de lucha y que se imponen toda clase de sacrificios para sostener la nave a flote, seguros siempre de que el buen tiempo ha de volver.

Ese buen tiempo parece ha llegado ya y las naves sindicales vuelven a poner velas, emprendiendo otra vez su ruta hacia el puerto de emancipación social de los trabajadores.

La Casa del Pueblo, casi desierta estos pasados meses, está hoy en plena actividad. Las Sociedades que la componen aumentan de día en día su contingente de socios, celebran juntas con más frecuencia, hacen llamamientos al gremio, se preocupan del cumplimiento de las leyes sociales, denuncian abusos al Inspector de Trabajo, se mueven, en una palabra.

Al inaugurarse la Casa del Pueblo, hace dos años, sólo había allí trece Sociedades, hoy existen veinte, pues además de haber ingresado los metalúrgicos y tranviarios, que estaban con los sindicalistas los primeros y los segundos en la Federación católica, se han fundado allí dentro la Sociedad de Oficios Varios y la Unión General de Trabajadores de Baleares, habiéndose reorganizado el Sindicato de obreros del muelle, el de carreteros y almacenistas, y el de los trabajadores textiles.

Todo este movimiento de organización y reorganización ha sido impulsado, sostenido y encauzado por unos cuantos luchadores activos, de alma fuerte, incansables. Ese ambiente de vida que hoy se respira en la Casa del Pueblo débese a la actividad de esos pocos que sin abandonar nunca el cuartel han aprovechado todos los momentos favorables para nutrirlo de soldados de la causa.

Y si unos pocos han podido dar ese impulso a la organización y realizar campañas intensísimas y bastante fructuosas a favor de la legislación social, principalmente por la jornada legal de ocho horas que estaba completamente desvirtuada y que no puede negarse está en camino de cumplirse, ¡que no habría podido hacerse si todos los que dicen tener amor a la causa y se llaman convencidos hubiesen cumplido su deber!

Esta aún reciente la fecha en que se celebró el congreso constitutivo de la UGT de Baleares en el que se tomaron dos acuerdos de gran trascendencia y cuya ejecución se confió a la Comisión Ejecutiva de dicho organismo. Consistían ellos en emprender una activa campaña a favor de la jornada de ocho horas y organizar el arte textil, y tanto una cosa como la otra se ha hecho o se está haciendo por dicha Comisión con un éxito que nadie le regateará porque está a la vista de todo el mundo. El “pacto” de prolongación de la jornada que existía en la industria textil está virtualmente deshecho y casi todo el personal de dicha industria está alistado ya en “Unión Algodonera” ¿No parece esto un milagro? Pues este milagro se ha realizado gracias a la voluntad y poca pereza de la Comisión Ejecutiva de UGT, ayudada siempre por este semanario que en todo momento ha secundado sus iniciativas y promovido ambiente a su favor.

Sigamos pues por el camino emprendido, compañeros; seamos activos, voluntariosos y constantes en todo lo que interesa a la clase obrera y a su organización y el fruto de nuestro acción será mayor y más fecundo.

S/FIRMA

EL OBRERO BALEAR nº 1232

20 de noviembre  de 1925