"¡Arquitectos, escultores, pintores, todos nosotros debemos regresar al trabajo
manual! [...] ¡Establezcamos, por lo tanto, una nueva cofradía de artesanos,
libres de esa arrogancia que divide a una clase de la otra y que busca erigir
una barrera infranqueable entre los artesanos y los artistas! Anhelemos,
concibamos y juntos construyamos el nuevo edificio del futuro, que dará cabida a
todo —a la arquitectura, a la escultura y a la pintura— en una sola entidad y
que se alzará al cielo desde las manos de un millón de artesanos, símbolo
cristalino de una nueva fe que ya llega.