Otto von Bismarck      |    |  BIOGRAFIES  | TEMA:  
 

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Otto Eduard Leopold von Bismarck-Schönhausen (Schönhausen, Magdeburgo; 1 de abril de 1815 - Friedrichsruh; 30 de julio de 1898) llamado el canciller de Hierro, fue un político prusiano, artífice de la unificación alemana y pieza clave de las relaciones internacionales de la segunda mitad del siglo XIX.

 

Significado histórico

 

Aristócrata identificado con la clase de los terratenientes más grandes de Alemania (junker), supo conciliar con gran pragmatismo sus intereses con los cambios del mundo contemporáneo hacia la sociedad burguesa (Revolución burguesa), el liberalismo (Revolución liberal) y el capitalismo de la Revolución Industrial. Su ideología puede calificarse a la vez de nacionalista, conservadora y monárquica; proviene del despotismo ilustrado que caracterizó al estado prusiano desde el siglo XVIII y la Restauración posterior a las guerras napoleónicas, cuando Hegel le dio la definición teórica más acabada. Vivió la oportunidad histórica del proceso de unificación alemana, que lideró en beneficio de Prusia y su rey, Guillermo de Hohenzollern, que acabará siendo el kaiser Guillermo I; y en perjuicio de los intereses estratégicos de Austria y Francia.

 

Otto von Bismarck

 

Otto von Bismarck

 

Bismarck, a la izquierda, con Roon (centro) y Moltke (derecha). Los tres líderes de Prusia en 1860.

 

Bismarck, a la izquierda, con Roon (centro) y Moltke (derecha). Los tres líderes de Prusia en 1860

 

Otto von Bismarck

 

 

Estableció un sistema diplomático muy sofisticado, que los historiadores han convenido en denominar como Sistemas Bismarckianos, aplicado tanto en Europa como en el mundo extraeuropeo sometido al Nuevo Imperialismo, y que convirtió a Berlín en la capital diplomática del mundo (Congreso de Berlín sobre los Balcanes, 1878, Conferencia de Berlín sobre África, 1884-1885). Al estar basado en el equilibrio de poder entre las potencias europeas y en el aislamiento de Francia (su principal enemiga desde la Guerra Franco-prusiana de 1871 que permitió la Unificación alemana y anexionó los territorios fronterizos de Alsacia y Lorena), y aunque evitó varias veces el comienzo de una guerra mundial, se apoyó en tratados con cláusulas secretas que acabaron por crear bloques de potencias que, tras su apartamiento de la cancillería con Guillermo II, abocaron a la Primera Guerra Mundial

 

En política interior, Bismarck combatió el movimiento obrero emergente, organizado en el Partido Socialdemócrata de Alemania, prohibiendo varias de sus organizaciones aunque se consentía su representación parlamentaria a través de candidatos independientes, que hábilmente quedaban marginados del juego político; en cambio (o más bien por la misma causa), Bismarck contribuyó a construir lo que puede considerarse el comienzo del Estado del bienestar, mediante mecanismos como la pensión de jubilación obligatoria y sistemas de seguridad social para la previsión de enfermedades y accidentes para los trabajadores. Estimuló el movimiento llamado Kulturkampf (guerra cultural) que identificaba a Alemania con la cultura protestante del norte frente al catolicismo del sur, que se organizó en el Partido del Centro (Zentrum). La política de Bismark contra el catolicismo duró hasta que consideró que el mayor peligro para Alemania eran los emergentes comunistas y socialistas (sin distinción práctica en aquella época), mientras que dejó de considerar como peligrosos a los católicos, y los incluyó en su política parlamentaria como un apoyo más contra el nuevo grupo emergente que amenazaba con desestabilizar sus planes para Alemania.

 

Juventud

 

Bismarck nació en Schönhausen (Sajonia-Anhalt) el 1 de abril de 1815, hijo de Fernando von Bismarck, militar, y de Wilhelmine Mencken. Tuvo una hermana, Malwina, con quien tuvo una gran relación manteniendo correspondencia con asiduidad. Por la insistencia de su madre aceptó realizar la instrucción secundaria clásica y estudió Derecho en Gotinga y Berlín, aunque con poca asiduidad y comportamiento poco maduro. A pesar de ello no descuidó sus lecturas: Alexandre de Hohenlohe quedaba estupefacto ante el número de libros que había leído en su juventud y la capacidad de recordar multitud de citas de cada autor en su lengua original. Tras sus estudios fue designado para la prefectura de Aquisgrán (un cargo administrativo menor, cuando aspiraba a la carrera diplomática).

 

A la muerte de su madre en 1839, se consagra a la gestión del dominio familiar en Pomerania, lo que no le supone una actividad estimulante. Accede a un puesto de intendente, donde demuestra empeño y esmero. En 1843 encuentra el amor de su vida en María von Thadden, quien ya estaba casada; María muere en 1846. Por amor a ella, y cumpliendo su póstumo deseo, Bismarck se casa con su mejor amiga Johanna von Puttkamer en 1847, una luterana pietista que le influirá desde el punto de vista religioso. De esa unión nacieron tres niños. No obstante, Johanna se interesó poco por los convencionalismos y por la política, que implicará cada vez más a su marido. Fue su hermana Malwina quien desempeñó el papel de consejera

 

 

Proclamación de Guillermo I como emperador alemán en el salón de los espejos en el Palacio de Versalles

 

Proclamación de Guillermo I como emperador alemán en el salón de los espejos en el Palacio de Versalles

Bismarck y Napoleon III tras la Batalla de Sedán.

 

Bismarck y Napoleon III tras la Batalla de Sedán.

 

Acercamiento a la política

 

Delegado a la asamblea de los Estados Provinciales de Prusia, se topa de frente a los movimientos nacionalistas y revolucionarios que abrasan Europa en 1848. Iniciados en Francia, alcanzan Prusia el 18 de marzo de 1848, y el 19 el rey Federico Guillermo IV cae prisionero como consecuencia de un accidente desafortunado. Al enterarse Bismarck, su reacción es tan violenta que le lleva a obtener una entrevista con Augusta, la reina madre, con el fin de asegurar la Regencia. Augusta se niega, resultando de ello un odio que duró hasta la muerte de ésta. En respuesta a este episodio Bismarck se aísla de la política temporalmente.

 

Tras la derrota de los movimientos revolucionarios de 1848 (cosa que le complace, pues no simpatizaba en absoluto con ellos), es elegido en el Parlamento prusiano en 1849. Designado para representar Prusia en el Parlamento de Fráncfort, Bismarck se persuade poco a poco de la oportunidad de la idea de una Alemania unificada. Se trata de la realización de su visión de una Kleindeutschland (pequeña Alemania) de mayoría protestante dominada por Prusia, por oposición a la idea de la Grossendeutschland (gran Alemania) del Pangermanismo, que incluiría los territorios poblados por gentes de habla alemana del Imperio Austrohúngaro, de religión católica. De triunfar esa segunda opción, el Imperio de los Habsburgo se haría la potencia dominante, incrementando el mismo papel que realizaba ya en la Confederación Germánica. Aun así, en principio se opone a la política exterior prusiana ejecutada por el ministro Joseph von Radowitz, que pretende crear la Unión a través de una Confederación Germánica sin Austria. Debido a la retirada de Olmutz en 1850, el emperador acepta la dimisión de Radowitz y se restablece la Confederación. Luego es nombrado embajador en Fráncfort del Meno en el marco de la Confederación, y encargado de restablecer las buenas relaciones con Austria. Pero es imposible y Bismarck se esfuerza entonces en reducir la influencia de este Imperio. Sabe que no hay lugar en Alemania para dos grandes potencias y se orienta a la solución de la Pequeña Alemania.

 

Desde 1856 busca la alianza francesa para conseguir una buena posición de cara a un enfrentamiento austro-prusiano que considera inminente. Es nombrado embajador de Prusia en Austria, luego en Rusia en el año 1859, posteriormente en París en 1862, donde se encuentra numerosas veces con Napoléon III. En concreto, el 26 de junio de 1862 es invitado a un almuerzo por éste.

El Parlamento y el rey Guillermo desconfían de él como de Francia, enemiga tradicional de Prusia. Aún así, el rey Guillermo de Prusia le confía en 1862 los cargos de Primer ministro y de Ministro de los Asuntos Exteriores de Prusia.

 

Bismarck en sus 80 años (1895)

Bismarck en sus 80 años (1895)

 

Monumento Bismarck en Berlín

 

Monumento Bismarck en Berlín

 

 

Unificación de Alemania

 

Bismarck consigue unificar Alemania llevando a cabo una serie de guerras. Esta política siempre fue ejecutada con realismo y oportunismo, y no según un plan preestablecido como podría creerse. Para que estas guerras no degeneraran en un conflicto generalizado de imposible gestión, Bismarck desarrolló una política de aproximación con Rusia (que consideraba indestructible a causa de su tamaño), el Segundo Imperio francés e Inglaterra. En el interior debe luchar primeramente contra la asamblea, hostil hacia su política exterior, pero también contra su soberano, al que consigue manipular.

 

En primer lugar, en cooperación con Austria, Prusia triunfa en la Guerra de los Ducados y Schleswig-Holstein se toman a Dinamarca tras el consiguiente tratado de paz, concluido en Viena el 30 de octubre de 1864. Luego, en 1866, pretextando una mala gestión de los Ducados, ataca a Austria (inmersa al mismo tiempo en el conflicto de la unificación italiana) derrotándola en la llamada Guerra de las Siete Semanas, donde se demuestra su superioridad organizativa. El resultado territorial fue la anexión de Hanóver, Hesse-Kassel, Nassau y Fráncfort del Meno a Prusia, con lo que se crea la Confederación Alemana del Norte. El 26 de julio, algunos días después de la victoria prusiana, el emperador de los franceses, Napoléon III, le había confiado al embajador de Prusia en París que no veía ninguna objeción en la anexión de Hanover y de Hesse -a pesar de los cuatro millones de habitantes a que afectaba la decisión-.

 

De esta forma, Prusia se convirtió en la potencia hegemónica en Alemania y pudo establecer la unión de los estados alemanes situados al norte del río Meno (Main), constituida en 1867. Esta alianza reemplazó a la Confederación Germánica. Fueron 22 los estados alemanes que se incorporaron a la Confederación de Alemania del Norte. El poder legislativo quedó repartido en dos asambleas: el Reichstag (Dieta o Parlamento) y el Bundesrat (Consejo Federal).

 

La Confederación estableció alianzas con Baviera, Wurtemberg y el gran ducado de Baden, comprometidos a poner sus tropas bajo el mando del rey de Prusia si un tercer estado atacara a algún miembro de la Confederación. La Dieta fue elegida mediante sufragio universal, la nueva Constitución entró en vigor el 1.° de julio de 1867 y Bismarck se convirtió en canciller de la nueva Confederación. La Constitución contemplaba que cada estado sería autónomo en materia de finanzas, justicia, culto y enseñanza. La Confederación dirigía ejército, marina, política exterior, legislación comercial, aduanas, moneda, legislación civil y correos. El poder ejecutivo residía en la presidencia desempeñada por el rey de Prusia (con carácter hereditario), que era el responsable de la política exterior, comandante supremo del ejército y que ejercía el poder a través del canciller, que sólo respondía ante él.

 

Después de haber provocado a Francia por la cuestión de la elección del rey de España (cuyo trono estaba vacante tras la revolución de 1868), la Guerra Franco-prusiana estalla en 1870 y los Estados de Alemania del Sur, considerando a Francia como el agresor, apoyan militarmente a la Confederación de Alemania del Norte. Francia sufre una derrota humillante y Guillermo I se hace aclamar Emperador de Alemania en Versalles en 1871. El tratado de paz firmado permite a Alemania anexionarse Alsacia y Lorena. Sin embargo, esta última guerra provoca una gran reacción patriótica francesa, que hace predecir a Bismarck la Primera Guerra Mundial, obligándole a iniciar el difícil equilibrio de su sistema de alianzas.

Bismarck es, pues, el principal artífice de la creación del Imperio Alemán de 1871, dirigido por Prusia y que excluía a Austria.

 

En la cumbre de su carrera

 

Aclamado como héroe nacional, Bismarck es confirmado en su cargo como el primer Kanzler del nuevo Imperio. En su política exterior, se consagra a mantener la paz entre las potencias europeas (Francia, Austria, Alemania y Rusia). Es particularmente hábil para maniobrar e impedir toda aproximación entre sus enemigos, fundamentalmente manteniendo aislada a Francia (cuya revancha siempre se previó) y evitando el máximo temor estratégico: la guerra simultánea en dos frentes (la que terminó ocurriendo en la Primera Guerra Mundial, con el más belicista emperador Guillermo II). Con este fin crea diversas alianzas con Austria y Rusia. Sus contemporáneos se burlaban de estas alianzas y ensayos, y de su política de gabinete. No obstante, la efectividad del sistema, al menos durante el periodo en que él mismo lo dirigía, hace que los historiadores denominen a sus sistemas de alianzas como Sistemas Bismarckianos.

 

Interiormente, se enfrenta con la subida de dos nuevos partidos: Partido de Centro católico y Partido socialdemócrata (SPD), sin olvidar a los franceses de Alsacia y Lorena contrarios a la anexión. La guerra cultural (Kulturkampf), campaña contra el catolicismo y la minoría polaca que arranca en 1872, no consiguió acabar con las peculiaridades de las zonas de implantación católica. Atacó a los socialdemócratas de dos maneras: el partido y sus organizaciones son prohibidos (entre 1878 y 1890, después de su apartamiento del poder), mientras que la clase obrera es complacida mediante una legislación muy "justa" para la época (en que el liberalismo era la doctrina predominante) que garantizaba la pensión de jubilación, un sistema de seguros de enfermedad, accidentes y de desempleo (seguridad social), la primera sanidad pública no cristiana, vacaciones (1 mes al año), limitación de la semana laboral, limitación de la jornada laboral a 8 horas diarias, viviendas de protección oficial, sueldo mínimo, educación pública, acceso a la universidad y a la formación profesional, por instituciones públicas y becas del estado, etc. Reorganizó el ejército del Imperio (Reichswehr), la justicia del Imperio, la política exterior, la política industrial y de desarrollo económico, la organización interna del territorio, etc

 

Fallecimiento

 

Bismarck es indiscutiblemente el hombre de la reunificación alemana, dotado de un análisis notable del problema que puso a su servicio. Su realismo le hace sacar provecho de todas las ocasiones favorables para lograr su fin. Los historiadores alemanes consideran en nuestros días que su amor a Prusia tuvo consecuencias nefastas. En sus últimos años había recibido muchos honores en Alemania, muchos lugares públicos recibieron su nombre; como el Monumento a Bismarck o las torres Bismark. Los libros acerca de él se convertían en bestsellers, y artistas célebres lo retrataban. Bismarck pasó sus ultimos años recopilando sus memorias (Gedanken und Erinnerungen). Murió en 1898 (a la edad de 83 años) en Friedrichsruh y fue enterrado en un mausoleo que también lleva su nombre.

 

Enlaces externos

 

Wikiquote

 

Colaboradores de Wikipedia. Otto von Bismarck [en línea]. Wikipedia, La enciclopedia libre, 2007 [fecha de consulta: 15 de diciembre del 2007]. Disponible en <http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Otto_von_Bismarck&oldid=13590505>.

 

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