1920 –  La huelga de ebanistas y carpinteros

ALGUNAS CONSIDERACIONES

 

Al entrar este conflicto en la séptima semana de lucha, los compañeros Ebanistas y Carpinteros mantienen con toda intensidad el fuego sagrado de la protesta contra la codicia de sus explotadores.

 

Empero es una verdad inconcusa; que su bien es enorme el obstáculo, que sistemáticamente opone la burguesía para el logro de su reivindicación, no lo es menos la fata de cohesión que se nota entre los compañeros en lucha y los organismos locales y regionales para lograr dicho objeto.

 

La resistencia patronal es a todas luces arbitraria e injusta, pero la pasividad obrera es suicida, máxime cuando pudiendo derivar el conflicto en victoria que reactive virilmente es espíritu de lucha y consiguiente reorganización de la clase, acaba en derrota que significaría el grado máximo de degradación moral y decadente.

 

Es sencillamente explicable que la burguesía del ramo, como todas las burguesías, se niegue sistemáticamente a conceder el aumento pedido, pero lo que no tiene explicación posible, es que, cínica e irracionalmente, prolongue una situación que en las circunstancias presentes constituye un crimen de lesa humanidad y dignidad obreras, sin que los obreros en unión formidable la hagan desaparecer coronando la obra con ruidoso y explendente triunfo.

 

Es necesario repetirlo nuevamente por que ello constituye la esencia y finalidad de nuestra ideología, que la solidaridad obrera es el alma por excelencia que obliga y vuelve razonables a los que viviendo de nuestro esfuerzo manual e intelectual y revestidos con el mando de toda impunidad contemplan impasibles como nuestras protestas se esfuman en el vacío.

 

Cuando fuertemente el burgués se percata de que el problema planteado por sus operarios repercute conscientemente y con toda intensidad en los demás obreros, su pasividad homicida truécase como por encanto en actividad locuaz y arregladora de sus intereses en peligro.

 

Por otra parte nuestras luchas apoyadas por nosotros mismos, elevan el nivel moral de fraternidad obrera, solidifican los organismos de lucha, interesan vivamente la opinión imparcial y provocan indefectiblemente una solución razonable que compense en algo nuestro sacrificio y logre para nuestras personas y colectividades el respeto merecido como productores y autores de toda la riqueza social.

 

Ahorma más que nunca que al ineptitud y codicia burguesa han iniciado un completo desquiciamiento en el orden de la producción y consumo originando un profundo caos en las relaciones de la vida, se hace necesario el conjunto harmonioso de nuestra unión moral y material.

 

Es preciso apreciar exactamente el momento histórico que atravesamos, que por serlo de gravedad para la burguesía no puede en manera alguna pasar desapercibido para ella, para lograr a nuestro favor las consecuencias derivativas de su confusión y desorden económico.

 

La labor a realizar se sintetiza sencillamente en el aforismo ¡querer es poder!

 

Los obreros en lucha firmemente convencidos  de esta verdad, ya que no cuentan con traidores que malogren sus planes reivindicativos, y robustecidos al mismo tiempo con una profunda convicción de triunfar, son dignos que para lograr su objeto con mayor esplendidez y fecundidad sientan decididamente el orgullo generoso de todos los obreros de la localidad de la región, y sellando de este modo el sublime principio de nuestra salvación: la unión de todos sin distinción de oficio y profesiones, pueblos y nacionalidades: unión de clase.

 

Vidal i Ciurana

Del Sindicato único del Ramo de laborar Madera de Barcelona

Palma Mallorca 2 noviembre de 1920

 

CULTURA OBRERA nº 65

6 de noviembre de 1920