Colaboración - Acerca del "Frente Único - Concisos razonamientos

 

Todo intento encaminado a producir ambiente de unificación entre los trabajadores divididos por criterios opuestos, sostenidos de buena fe, nos parece plausible; no así el que se machaque, con una insistencia digna de empresa más eficaz, acerca del frente único, que se pretende formemos con los comunistas, elementos del todo discordes de nuestra táctica y doctrinas, cuya conducta ideológica y política no nos puede satisfacer, porque se aparta, completamente de los principios confraternales en que se inspira el Socialismo.

Reconocemos como muy conveniente la conjunción de todas las fuerzas obreras, dispersas por causas ajenas a nuestro proceder; pero sostenemos, contra el criterio del camarada J. y de otros catalanes, que los socialistas, no deben recomendar inteligencia alguna con los comunistas, si no es a base de que éstos acepten los concretamente definidos programas del Partido Obrero y de la Unión General de Trabajadores, organismos de limpia historia y solvencia moral reconocida.

Insistir acerca de una fusión de los socialistas con el comunismo, “dejando a un lado las diferencias de procedimiento”, nos parece un vano empeño y también un lamentable olvido del proceder de los comunistas, como si se hubiera borrado el reciente pasado de la memoria de algunos camaradas y no tuviesen, tampoco, en cuenta lo actual, con sus realidades crueles de Rusia y perturbadores en los demás países.

Convéngase en que es del todo inconveniente un pacto de unión con los comunistas, no ya sólo por discrepancia de su táctica con la nuestra, si que también por los procedimientos inhumanos de su política imperialista, con la que no estamos conformes, ni lo estaremos jamás, así en el terreno individual como en el colectivo.

Somos socialistas por intenso respeto a la vida humana; no lo seríamos si no abrigásemos el convencimiento profundo de que el Socialismo abarca los principios humanistas de confraternidad y de amor al prógimo.

Como socialistas laboramos por la unión de todos los explotados de ambos sexos; pero conste que no la queremos con los comunistas en bloque, por las razones expuestas y por otras muchas que nos induce a repudiar todo contacto colectivo con quines proceden, gobernando en Rusia, mucho peor que aquellos históricos zares, ordenadores de inhumanas deportaciones a Siberia.

Nuestra consecuente y serena táctica no satisface, además, a los adoctrinados por Moscou; así lo evidencian al colocarse en todas parte frente al Socialismo y desarrollar toda su acción contra los emanados sensatos de la Internacional Sindical de Amsterdam, y seríamos unos olvidadizos si con elementos fóbicamente enemigos de nuestras organizaciones, pactásemos una conjunción, siquiera no fuese más que circunstancialmente y con reservas tácticas, como se pretende por algunos camaradas que pecan de ilusos.

Los irreductibles adeptos de la Sindical Roja, no pueden vivir armoniosamente con nosotros. Si llegásemos a sumar nuestras fuerzas con las del comunismo, “prescindiendo de la diferencia de procedimientos” que de tal partido nos separa, incurriríamos en un contrasentido táctico y ello significaría, además, un explícito reconocimiento, por nuestra parte, de errores políticos y sociales en que no hemos incurrido, afortunadamente.

Nuestros ideales, diáfanos, sin equívocos tácticos, nacidos del estudio de los diversos factores que regulan la vida social o que la irregularizan, se acoplan a procedimientos racionales, que pueden y deben ser admitidos por todos cuentos aspiran al establecimiento de un estado político o social de justicia entre los humanos.

Nuestro socialismo, que no es igual al de los comunistas, aunque se afirme lo contrario, es de una pureza libertaria sin limitaciones; queremos sea la libertad disfrutada generalmente sin excepciones para nadie y nos manifestamos, por lo mismo, contra quienes imponen procedimientos dictatoriales, empleados, ya en nombre del proletariado, como en Rusia, ya en el de la mesocracia, como en Italia y otras naciones.

¿Piensan y proceden como nosotros, los comunistas? Las deportaciones a las islas Auserski y su conducta liberticida en Georgia y otros sitios, nos dicen que no.

Si quienes tuercen la táctica racional y humanista de lucha proletaria, recomendada a todos los trabajadores del mundo por Carlos Marx en el Congreso de La Haya, pudieran darse cuenta, a través del sectarismo que les ofusca, de que sus procedimientos son negativos y entorpecen la transformación del régimen económico irritante a que se nos obliga injustamente, se sumarían al Socialismo, que ofrece soluciones, lo suficientemente amplias para satisfacer a todos cuantos aspiran a mejorar las condiciones de la vida humana, ya que ellas conducen, capacitando a los individuos del magno problema a resolver, a la finalidad libertaria que mueve a todos los disconformes con el presente estado social de privilegios y privaciones.

Maria Cambrils

EL OBRERO BALEAR nº 1184

19 de diciembre de 1924