Murmurio /Y va de Estrany

Como estaba anunciado el día quince se celebró el juicio oral contra los compañeros Bisbal, Llinás y Juan y como quiera que al acto asistieron unos miles de obreros, el acusador privado señor Fiol en su informe de acusación se sintió apenado y sin que se pudiera explicar el motivo de tanta concurrencia. No vale la pena, dijo, el alarmarse tanto las multitudes por una causa que en sí no tiene importancia.

 

Nosotros debemos de manifestar que quién ha dado importancia al asunto precisamente ha sido el señor Fiol, que en una causa in importancia, según él, se atrevió a pedir en un principio 48 años de destierro, 6 meses de arresto y 50.000 pesetas de indemnización a cada uno de los procesados, por el solo delito de haber dicho la verdad a un capitalista muy potente.

 

Esto es la importancia y no las campañas de este semanario lo que motivó el que el obrero consciente no vacilara en la pérdida de un jornal tan necesario en esta fecha, para demostrar la simpatía a los dignos compañeros que se sacrifican por la causa de todos.

 

“Estoy apenado –dijo en su discurso de acusación- al no poder convencer a esas multitudes que han venido aquí alarmadas y engañadas y que explotan precisamente estos mismos mal llamados porta-estandartes de sus derechos, por esos que se encumbran y medran a costa suya engañándolos y perturbando su bienestar y la tranquilidad social”. Seguramente el acusador discurriría en esta forma, porque debe estar acostumbrado a ver lo propio por el “Patronato Obrero”, en donde sabemos concurre frecuentemente.

 

Como se reiría del acusador la multitud de zapateros, a oír esos desplantes contra los procesados a quines esa multitud conoce perfectamente y sabe que para vivir tienen que confeccionar de ocho a diez pares de calzado todas las semanas, por no tener ningún san José que cuide de pagar los menesteres de sus hogares.

 

Y siguen los desplantes

 

Después la emprendió contra las sociedades de resistencia difamando a los hombres que la dirigen, y desplegó tanto odio contra la sociedad de zapateros “La Igualdad”, que el mismísimo señor presidente del Tribunal tuvo que llamarle al orden diciéndole:

 

“Señor letrado; deje usted en paz a “La Igualdad” y procure ceñirse en las conclusiones de acusación”.

 

Esta oportuna interrupción del presidente fue de tal efecto, que ya el señor Fiol se quedó sin estribos y desmontando de su rocín o cabalgadura quijotesca.

 

¡Créanos el Señor Fiol! Antes de hablar de sociedades de resistencia y de sus hombres, procure estudiar un poco el modo de funcionar de las mismas y los principios y aspiraciones que informan ese funcionamiento, pues de no hacerlo así le auguramos efectos contraproducentes. Cada vez que se ocupará de estas cosas que ni entiende, ni su substancia gris contiene elementos de predisposición para entenderlas.

 

Luego la emprendió el Sr. Fiol contra las suscripciones que para sufragar los gastos de los procesos Estrany tiene abierta “La Igualdad” y que todas las semanas publica este semanario.

 

Aquí, si que estuvo desdichado dicho señor. Nada menos que con una frescura rayana a la idiotez dijo: que ¿para qué estas suscripciones si los procesos no llevan ningún gasto?, dejando entrever que este dinero de las suscripciones servían para el medro personal de los que hacen ver que son sus víctimas, o sea de los procesados.

 

Y nosotros preguntamos: ¿Es qué el señor Fiol, como abogado y el procurador que llevan la acusación y representan al señor Estrany en estos procesos no cobran sus honorarios? Y estos honorarios ¿no significan dinero que ha de pagar el señor Estrany?

 

¿O es que el señor Estrany los manda a san José para que les pague su trabajo?

 

Si es así comprendemos el secreto, pero como los obreros no tenemos un san José con el bolsillo abierto y repleto de moneadas y como creemos que es justo que el abogado y procurador de los procesados han de cobrar su trabajo, naturalmente recurrimos a la suscripción y solidaridad obrera para recaudar lo que no podemos esperar del cielo ni de san José ni hasta de San Crispín, con todo y ser el patrón de los zapateros.

 

¡Está enterado el Señor Fiol!

 

Fisiócrata

 

EL OBRERO BALEAR

Núm. 790, 24 de marzo de 1917

El judici de can Estrany