AL BANQUILLO / L. Bisbal  

 

Para el lunes próximo día 3 de enero, a las 10 y media de su mañana estamos citados por la Audiencia Provincial de esta Ciudad para asistir al juicio oral de la causa que se nos sigue con motivo del artículo “¡Guerra al gobierno!” “¡Guerra a la Guerra!”, publicado en éste periódico el día 24 de julio pasado y que fue denunciado por el Fiscal de imprenta por creer dicho señor que contenía frases injuriosas para el Sr. Maura y demás ministros de su gabinete.

 

Como quiera que cuando el mencionado artículo vio la luz pública España vivía en circunstancias anormales debido al clamoroso general que suscitara la guerra con Marruecos, lo cual dio origen para que el gobierno de entonces persiguiese y amordazara a la prensa democrática de la manera más inicua y feroz como jamás gobierno constitucional alguno lo hiciera; creíamos firmemente que pasado el período excepcional (y aun sin caer Maura del Poder), el proceso quedaría sin efecto o se sobreseería la causa.

 

Y pensábamos así, n solamente porque nosotros no veíamos materia penable en el citado artículo y creyéramos la denuncia hija exclusiva de las circunstancias, sino porque lo mismo el abogado defensor que otras a quines hemos dado a examinar el escrito de referencia nos han dicho: que aún colocándose en el terreno de los supuestos ofendidos no habían podido hallar delito alguno penado por las leyes no en la letra ni en el espíritu del artículo.

 

Pero a pesar de eso y no obstante haber subido los liberales al Poder, precisamente debido a aquél exceso de cinismo y ferocidad con que procedía Maura, por cuyo motivo fue derribado por los socialistas y republicanos más que por Moret y los suyos, para honra y gloria de estos tendremos que acudir al banquillo de los acusados y tal vez a la cárcel a purgar con arresto un delito que no hemos cometido.

 

Más no importa. Desde el banquillo sostendremos lo mismo que sostuvimos desde el periódico; desde la cárcel seguiremos batallando, tal vez con más alientos que desde fuera, contra todas las guerras e injusticias sociales y contra los gobiernos que las amparen y sostengan. Si el banquillo resulta odioso y estigmático para los ladrones y criminales, en cambio virtualiza y enaltece a los hombres que luchan por un ideal de verdad, de civilización y de justicia. ¡La cárcel! Solo es afrenta para los que llevan el delito en su conciencia o el prejuicio en su cerebro; para los hombres honrados de convicción y de mente libre de rutinarismos y preocupaciones, es la cárcel la morada que el régimen capitalista ha establecido para encerrar la virtud.

 

Tenga pues, el resultado que tenga el juicio oral, no se nos menguará la honradez ni abandonaremos la palestra.

 

L. Bisbal

 

EL OBRERO BALEAR

Núm. 408, 1 de enero 1910

 

fideus/