1922 – EL CONGRESO DE LA F. R. DEL TRABAJO DE MALLORCA

La Confederación Regional de las Baleares

 

El entusiasmo que ha despertado el anuncio de la celebración del Congreso organizado por la F.R. del Trabajo; las adhesiones que continuamente se reciben; la importancia de los temas que se pondrán a la deliberación del Congreso, cuyo enunciado publicamos, nos afirman más en la idea de lo fructífera que será la labor que se realice.

 

Apremios de tiempo y espacio nos impiden hacer algunos comentarios a algunos de dichos temas.

 

No obstante, no podemos sustraernos ni queremos, a la exposición de nuestro criterio, acerca de un fruto que será motivo de importantes discusiones: “¿Qué debemos hacer para que en los pueblos se constituyan los sindicatos únicos e ingresen en la F.R.? (Sindicato del Ramo de la madera de Manacor)

 

Ninguna duda cabe que el enunciado de ese tema adquiera en estos momentos proporciones tales de importancia, que al ser discutido lo será ampliamente, con la elevación de miras con que necesariamente han de ser discutidos extremos como el apuntado, dependiendo, de lo que se acuerde, la constitución de la Confederación Regional de las Baleares. Porque, no lo dude nadie, que uno de los resultados inmediatos del acuerdo que se adopte, será este, repitámoslo: la constitución de un potente organismo sindical que agrupe a su alrededor a las fuerzas proletarias de las islas.

 

Hoy, ya no son posibles, bien demostrado ha quedado, las organizaciones a base de un grupo profesional determinado. Más claro aún. Las sociedades de resistencia, las antiguas sociedades de resistencia que en sí llevaban un sello de exclusivismo, esencialmente corporativista, no tienen razón de ser; no responden a ninguna necesidad táctica y por consiguiente son un entorpecimiento, un obstáculo, sino un peligro, para el desarrollo normal de las organizaciones obreras.

 

Agrupaciones atomisticas que bien pudieran responder a una manifestación de incipientes organizaciones obreras, pero que la realidad demostró que eren impotentes para imponerse a una casi perfecta organización burguesa, tuvieron que transformarse en potentes sindicatos de ramos e industrias. Antes de lo que comenzaba a ser una esplendorosa manifestación de vitalidad, se unieran para formar un todo, para representar esa esplendorosa manifestación de vitalidad.

 

Las organizaciones obreras tienen que renovarse en su constitución, continuamente, constantemente, siempre. Y la organización que no se renueve; que no metamorfosea sus características; que no se desprende del lastre de los prejuicios, será una organización pobre, mísera, raquítica, sin sentido de la realidad y sin sentimiento de responsabilidad.

 

La Confederación Nacional del Trabajo, se renovó, supo y sabe renovarse, va siempre adelante y ese es el secreto de su fuerza y ese es el secreto de la confianza que en nuestro organismo superior tenemos depositada los trabajadores.

 

Así podemos explicarnos tantos errores cometidos y tantos crímenes perpetrados contra los militantes de la Confederación. Así podemos explicarnos, tanta persecución y tanta infamia y tanta vileza.

 

Se hicieron respetables y fueron temidos los sindicatos únicos. He ahí, la mejor demostración y la más alta prueba de que para la burguesía son un peligro, Sindicato único, es decir, unidad de acción y cohesión de fuerzas: es decir, un pensamiento y una voluntad; es decir, fuerzas obreras, contingentes de grupos proletarios, unidades profesionales, que se unen; que se complementan; que se comprenden; que forman, usemos la palabra de la post-guerra, el frente único entre las distintas actividades o particularidades de un ramo o industria.

 

Por esa razón el tema presentado por los camaradas de Manacor, tiene una trascendencia inmensa. A la persecución constante, tenaz, brutal, de que son objeto los compañeros nuestros de otras partes, debemos contestar constituyendo sindicatos únicos donde no los haya. Debemos hacer labor revolucionaria donde no se haya hecho aún.

 

¿Qué los sindicatos únicos han sido motivo de fuertes represiones? Evidente. Pero observad que ni uno solo quedó destruido, ni en Barcelona, donde se desencadenaron las furias y se tronchan existencias … Pero si lo que pueden hacer las autoridades y patronales contra nuestras organizaciones, debiera hacernos vacilar, seria inútil ninguna clase de lucha.

 

Si el minero que arranca carbón a 300 y 500 metros bajo tierra, se negase a trabajar por temor a un hundimiento de la mina; si los ferroviarios abandonaran los trenes por temer un descarrilamiento y los marinos se reintegraran a la vida de tierra por no perecer en un naufragio; si el sabio se abandonara al pesimismo por errores cometidos; si el investigador desertase del laboratorio por fracasos sufridos en su investigaciones; si el inventor dejara de perseguir lo que aún permanece en el misterio; si el filósofo, por hacer afirmaciones basadas en un error, y al comprender el error dejara de perseguir la verdad; si una mujer por haber tenido un mal parto dejara en lo sucesivo de parir, si en fin, llegáramos a pensar que las muchas revoluciones por haber sido ahogadas en sangre nos obligan a aceptar como bueno lo malo, entonces, convenid con nosotros que la vida sería tan miserable que más valiera no vivirla.

 

Se vive porque se lucha y porque la lucha es vida. La lucha es a nuestra existencia; lo que el alimento a nuestro cuerpo; el agua y el sol a las plantas; lo que la vista al ciego.

 

Las adversidades no deben asustarnos ni acobardarnos, sino fortalecernos. Para los luchadores, para los revolucionarios, la adversidad no es más que un motivo de constancia.

 

¿Lo que se debe hacer para que en los pueblos se constituyan los sindicatos únicos? Compete al Congreso determinarlo, puesto que él será conocedor de la idiosincrasia de cada localidad. Nosotros únicamente hemos hecho resaltar la necesidad de nuevos métodos de organización. Y si se adoptan, por fuerza de la lógica, la Confederación Regional de las Baleares será un hecho. La organización sindicalista revolucionaria de España contará con una nueva fuerza y el comunismo libertario con un nuevo baluarte.

 

Qué cada cual cumplirá con su deber nosotros no lo dudamos.

 

La Confederación Nacional del Trabajo, cuyo espíritu no ha podido ser abatido, nos ha dado lecciones d abnegación, pruebas de perseverancia y demostraciones de consciencia. No imitemos, que imitar no revela energía. Aprendamos.

 

   CULTURA OBRERA nº 165

   14 de Octubre de 1922