1923 –  Cuestiones obreras / Sobre la Casa del Pueblo

La Almudaina

Hemos recibido la siguiente carta:

 

Señor Director del periódico “LA ALMUDAYNA”

 

Distinguido señor: Le agradeceré anticipadamente e nombre de las entidades obreras “La Emancipación”, “Sindicato de Alimentación”, “Sindicato Textil”, “Sindicato de Transportes” y “Confederación Regional de Baleares (Comité) la inserción en su periódico de las cuartillas adjuntas, por ser de gran interés que el público se entere en que ha venido a parar la famosa “Casa del Pueblo” donada por don Juan March.

 

Por lo cual le saluda atentamente y da gracias anticipadas s.s. El Secretario General, Bartolomé Albertí.

 

Los Sindicatos “La Emancipación”, “Transporte”, “Alimentación”, “Textil” y comité “Confederación Regional de Baleares”, invitados que han sido para ir a domiciliarse a la nueva Casa del Pueblo, acuerdan rechazar dicha invitación, por entender que dignamente ninguna entidad obrera puede pasar a la Casa del Pueblo, por cuanto el patronato de la misma tiene unas atribuciones que por lo absurdas no pueden ni siquiera ser tenidas en cuenta.

 

Satisfacción hubiera sido para estas entidades cobijarse en la Casa del Pueblo, siempre que para entrar en ella, no se exigiese renunciar a la propia personalidad, hipotecándola al fuero del patronato, a cambio de tener domicilio en ella.

 

Bien que un patronato, o comisión, cuidase de la conservación del edificio y distribución del mismo, y de examinar si las sociedades o sindicatos obreros en solicitud de ingreso, son genuinamente obreros, pero sin entrometerse en la modalidad o táctica de los solicitantes.

 

Muy al contrario, el patronato, según reglamento que nos ha enviado, se reserva unas atribuciones que no pueden ser más arcaicas ni más denigrantes para los trabajadores.

 

Si el patronato se opone, el reglamento no podrá ser alterado.

 

Si el patronato deniega el ingreso de un Sindicato en la Casa del Pueblo, no habrá apelación.

 

Si el patronato se cree que se trata de un caso de urgencia, podrá tomar toda clase de resoluciones sin necesidad de rendir cuentas a nadie, ni siquiera tratar de analizar si verdaderamente hubo tal urgencia.

 

Si un miembro del patronato desea dejar de pertenecer a él, puede trasmitir a otra persona la sucesión de su cargo (ni en las monarquías imperialistas se da tamaña enormidad)

 

En fin, el patronato lo será todo; las sociedades obreras allí alojadas nada.

 

La Almudaina

28/7/1923