1924 - “Cabos sueltos”

Tiempo hacia que no habíamos visto número alguno de la in-“Cultura”. La casualidad ha hecho que cayera en nuestras manos el último número y lo hemos vuelto y revuelto y ¡ná! lo de siempre. Estos incultos no tienen remedio.

Cuatro enclechas melodramáticas y cursis a la madre naturaleza, media docena de tópicos de anarquistas de pandereta, un poco de libre-“pienso” por aquello del vegetarianismo y … pare Vd. de contar.

¡Ah! Sí, aún hay algo más. Hay unas líneas que demuestran cuanta es la “frescura” de los incultos. “Sin solidaridad internacional, Mateu y Nicolau hubieran sido ejecutados”.

Esa es la delicadeza y esa es la gratitud con que tal gente corresponde al rago de generosa misericordia que, para los asesinos del Sr. Dato, tuvo el Monarca. Esas líneas demuestran cual es la contestura moral de esas gentes que, ante la víctima, son como de piedra berroqueña, mientras para los asesinos tienen tantas lástimas; y ni siquiera agradecen luego la mano generosa que otorga el perdón.

De gente tan inculta y que tan fervorosa se muestra del libre-pienso no puede esperarse otra cosa.

Pedirles gratitud, delicadeza, respeto a las víctimas inmoladas por viles y desalmados asesinos es pedir peras al olmo 

¡Cómo que ellos parecen primos hermanos de los “angelitos” del bolchevismo!

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Pero aún trae alguna cosita más esa pintoresca in-“Cultura”. Habla de la inauguración de la nueva casa del pueblo que un millonario “generosamente” ha donado a los “socialistas” sin que éstos contrajeran -¡naturalmente!- “compromiso alguno”. Vaya amigo lector, no se sonría Vd. ni sea malicioso .. ‘Si eso ha sido dicho por el mismísimo generoso donante y por los mismísimos escrupulosos donatarios! ¿Acaso no se figura Vd., lector amigo, estar más enterado que los propios interesados?

Pues bien: del “agradecimiento” de los socialistas habla la in-“Cultura”. Y no lo dice todo aún porque no quiere “hacer el juego a la gente ensotanada de EL ADALID.

De todos modos no se lo van a agradecer los socialistas porque estos solo sienten “gratitud” hacia los millonarios que … sueltan la “guita”. Además a buena hora mangas verdes! después de lo mucho y sabroso que en cara se han echado sindicalistas y socialistas, es de una candidez naturista o vegetal para salirse con tales peteneras. ¡Lo que se ha dicho esa gentecilla, Dios mío¡ Y todo verdad, porque se conocen íntimamente, porque son ramas de un mismo árbol que si se  han desgajado débese al pugilato establecido para “monopolizar” ka “redención” –¡con cotizaciones!- del proletariado. ‘Vaya que si se conocen!

Y peor lo que toca a “gente ensotanada” hemos de decir a los incultos, por más que bien lo saben ellos, que no [..] sotana los que redactan esta publicación que tan amargos ratos proporciona a los “zurdos”. Lo que sí tenemos a gran honra es ser aconsejados y guiados por sacerdotes ilustrados y piadosos, porque ellos son los verdaderos amigos del pueblo, los que verdaderamente acuden al auxilio del caído física o moralmente.

Pero dejemos ese incidente y vayamos al grano. El flamante orador y generoso donante dijo: “yo invito, desde aquí, a cualquier persona solvente en el orden intelectual y en el moral, a que cite un solo hecho basado en la escritura de donación, que atente en lo más mínimo a la libertad de la clase trabajadora; a que se me cite una sólo cláusula de esa escritura que establezca entre vosotros y mi persona nexo alguno de dependencia”.

Y ahora los incultos quieren saber si entre ellos hay alguno que sea considerado por el “generoso” donante como persona solvente en el orden intelectual y en el moral, porque les han entrado unas ganas de desembuchar lo que … creen, que … ¡vamos! Si no lo dicen revientan. ¿Y qué es lo que creen? Pues que “en la escritura de donación de la Casa del Pueblo, hay más de un hecho o estipulación que atenta a la libertad de la clase trabajadora …”

¡Ya ser armó la zarabanda! Y nosotros viendo el “juego” que nos hacen los unos y los otros ya que sacando al sol hasta los trapitos de cristianar –bueno, eso de “cristianar” es un decir porque ya se sabe que socialistas y sindicalistas solo creen en las mojigangas- civiles, colaboran en nuestra empresa de desenmascarar a los falsos apóstoles y de manumitir a los obreros que aun gimen bajo el despótico, tiránico y degradante yugo socialista y sindicalista, que gemelos son, sindicalistas y socialistas, en el oficio de “afeitar” a los obreros que caen en sus garras.

Estaremos atentos al jaleo y no perderemos punto ni como.

¡Qué se diga todo!

¡Luz y sinceridad!

¡Fuera tinieblas sospechosas!

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Hemos dicho antes que la in “Cultura” no traía casi “ná” y ahora casi nos arrepentimos. Porque vemos que “osa” poner peros a la olímpica lucubración que en el número extraordinario de “El Obrero Balear” vierte el democrático burgués del cubierto –de plata, por supuesto- en el banquete de la vida y de su confortable alojamiento en la torre de marfil. Ese buen compañero “señor”, y no “señor” compañero, titulaba su artículo “La Casa de la Libertad”. ¡Caprichos de la fantasía!

Pero la in “Cultura” no respetando la dogmático articulista, dice que “hasta hoy … (en la casa del pueblo) … no se ha respetado ni hecho honor a tal principio (el de la libertad)”

¡Pobres nudillos los de don Alejandro! Y cuente que quienes le replican son duchos en el arte, porque en otros tiempos andaba en sociedad con los socialistas en “eso” de atentar contra la libertad. Ahora se “han establecido” cada cual de por sí. De moto que ahora hasta en eso hay “competencia”,

Verdaderamente las ciencias han adelantado una barbaridad.

En esos trotes de la libertad súfrese lamentables equivocaciones, ya que los “zurdos” confunden la libertad con el libertinaje. Así se ve que ahora que cuando más de veras se goza de libertad en España, es cuando se les ocurre decir que vivimos en un régimen de excepción. ¿Habrase visto miopía intelectual o moral?

Bien entendido que eso de la libertad es cosa que no preocupa grandemente a los que hacen las cosas a derechas.

Y para “amenizar” ese “cabo” escuchen o lean sindicalistas y socialistas, ya que la incultura puede ponérseles como denominador común esta verídica historieta:

“Hallábanse un día en tertulia algunos liberales de tomo y lomo con un notable católico, hablando sobre las estupendas conquistas de la libertad; y como callase a todo nuestro hombre, le preguntaron cuál era su modo de sentir en este punto.- Señores –les dijo- un día hallé a un amigo mío muy triste y cariacontecido, y le pregunté ¿qué que te pasa? Respondió –Hace cuatro días que estoy con una neuralgia en la cabeza que no puedo dormir en toda la noche-. Este echaba de menos la salud.- Otro día hallé a un pariente mío muy desolado y con lágrimas en los ojos-¿Qué es esp. Fulano?- ¿Qué ha de ser? Acaba de morir mi hijo mayor –Este echaba de menos a un hijo. Otro día topé con un pobre que me pedía limosna, pero tan miserable que ponía compasión. Este echaba de menos lo que a nosotros nos sobra: el dinero. En fin, fui poco ha también el presidio (sic), y allí ví a algunos criminales en cuyo semblante se retrataba la melancolía más profunda. Y vosotros, ¿cómo estáis aquí tan apenados?- Y me respondieron:- La libertad, la libertad es lo que hace falta-. De manera, señores –acabó diciendo- que unos sienten falta de salud, otros de amistad, otros de dinero; pero a nadie he oído quejarse de fatal de libertad si no es a los presidiarios”.

¡Qué bien! Para que luego la gente zurda se rompa los casos tras esa libertad, que cuando no es la libertad para obrar el bien, es el más vil, el más bajuno y más abyecto de los libertinajes.

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A semejanza del almuecín que desde el alminar, convoca a la gente de babucha, “don” Simón se ha encaramado al tejado del “principesco regalo” y, a los acordes del famoso violón, convoca a los “cocientes”.- ¿ a qué?- pues .. ¡a trabajar!

¡Are sa mou sa feina!

Y el monopolizador de las sinfonías de violón hasta se siente emocionado y, al tiempo que disimula la poca “esperanza” que los “cocientes” le inspiran, se arranca por lirismos y escribe eso tan cursi que hasta sería desdeñado por el cálamo sapiente de “don” Marcialete: “Si las sociedades y sus hombres dirigentes se limitaran a gozar del bienestar se limitaran a gozar del bienestar que las condiciones del edificio proporciona, el rato de emoción y dichas inefables del domingo sería episodio que cual nubecilla de verano desaparece al primer soplo de la brisas”, ¡Ay! ¡aay! ¡aaaay!

Y ahora en serio. Es cosa de alarmarse si esa gente pónese a trabajar. Porque de los trabajos de los socialistas no cabe esperar sino calamidades y fieros males. No hay que hacer historia aquí de los “trabajos” socialistas, porque no están tan lejos los días de las desdichadas huelgas de tranviarios, zapateros y carpinteros, para que no estén en la memoria de todos los, perjuicios, las lágrimas y las desgracias que ocasionaron.

El socialismo ha hecho de los desgraciados, que le siguen, unos “ilotas” –como pendantescamente diría “don” Simón- víctimas, sino del “primer amo que se presente”, si de la despótica tiranía de los “desinteresados” redentores.

El socialismo ha convertido en seres incultos a los que han naufragado en sus abyectas doctrinas, les ha llenado el corazón con la inhumana lucha de clases.

Y de cuántos y cuántos delitos más es reo el socialismo!

Eso s lo que debiera decirse desde el alminar, aunque fuese a los acordes del “violón”, a los obreros si es que se les quiere de veras.

Pero, sin ser sastres, conocemos el paño.

¡Vaya si lo conocemos!

EL ADALID nº 220

2 de febrero 1924