SOCIEDAD DE CURTIDORES

Los curtidores – paro forzoso

Después de 14 semanas de lucha sostenida por los obreros contra sus patronos y haber acordado aquellos reanudar el trabajo, ahora son al parecer los patronos que desean sostener la huelga contra sus operarios; pus hay bastantes fabricantes que no admiten el personal huelguista que se presenta, y en la actualidad, aún huelgan cincuenta compañeros que, por no poder trabajar, no pueden llevar pan a sus hogares; y estos que se hallan en paro forzoso, tienen hermanos, padres e hijos que les piden pan.

Nosotros que como buenos compañeros les hemos prestado nuestra solidaridad durante las 14 semanas porque se hallaban sin trabajo, en lo sucesivo y mientras no se hallen colocados los obreros curtidores, debemos continuar prestándoles nuestro apoyo semanalmente en el humanitario fin de que puedan, en lo que nuestras fuerzas permitan, mitigar necesidades de sus familias.

Que esto es justo, lo demostrará el que cada uno de nosotros medite si se hallare en la crítica situación que hoy se encuentran nuestros compañeros curtidores ¿no os regocijaríais al ver que la solidaridad de los demás explotados viniera en vuestro auxilio? Pues si con buenos ojos vierais en este caso el apoyo, pensad que los curtidores son iguales a vosotros y que tinene familia a quien atender.

Por tanto, no solo nosotros debemos cumplir con el deber de solidaridad, sino tambén cuantos de veras tienen nociones del deber.

La causa del oprimido es solo una, y como los curtidores son oprimidos por depender de un salario, con mayor motivo en las circunstancias actuales necesitan nuestro concurso pecuniario por carecer de trabajo.

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En el número pasado hacíamos constar que por falta de apoyo moral de la Federación Local, no habían ganado la huelga, cuando en realidad según nos han manifestado los curtidores, no han hecho tales manifestaciones; sino únicamente que la Federación no les había prestado su apoyo moral: pero en ningún modo que la suspensión de la huelga sea debido a aquella causa.

Por nuestra parte no podemos de menos de celebrarlo, pues el caso no dejaba de ser excepcional tratándose de un organismo que nunca ha regateado el cumplimiento de su deber con ninguna de las secciones que la constituyen.

EL OBRERO BALEAR

Núm. 466, 18 de febrero de 1911

 

fideus/