Correspondencia / Pollensa

   

Todas las semanas hemos de contemplar, en perjuicio de esta villa, la partida para la Argentina de bastantes jóvenes, en busca de mejor suerte; pues su tierra natal les niega el derecho a la subsistencia, quedando únicamente unos cuantos viejos, resignados a sufrir un continuo martirio, hasta el término de su existencia.

 

En cambio los frailes continúan como en sus mejores tiempos, si bien con una pequeña variante, la que con el tiempo les producirá la tan terrible, por ellos, indigestión. Que es lo único que nos proporciona alientos y nos recompensa de los sinsabores que el régimen presente nos proporciona.

 

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Según rumores fidedignos, el Ayuntamiento trata de reivindicarse, y, al objeto de gestionar la adquisición del alumbrado eléctrico. Se hace lo posible por lograr que por la celebración de la feria en esta villa, esté conseguido.

 

Después de todo es atender  a una de las primeras necesidades del público, porque una localidad como la de Pollensa sin alumbrado público, más que unos cuantos faroles (de san Telmo), augura falta de buena administración, y esto en verdad, no habla muy alto a favor de los que tienen el deber de velar por los intereses, y comodidad del vecindario

  

EL OBRERO BALEAR

Núm. 453, 12 de noviembre de 1910

 

fideus/