SOBRE EL ASUNTO ESTRANY

 

El interés que sobre el asunto Estrany ha demostrado la clase obrera y la opinión pública, nos alegra mucho, pues unos y otros se interesan por dicho proceso, mejor dicho, se interesan por el procesamiento de nuestro compañeros, pues de Estrany creo que poco debe interesar a los obreros, a no ser el despotismo de que está impregnado todo él.

 

Y el pueblo trabajador demuestra sus simpatías por nuestro querido compañero Bisbal  por haberse hecho responsable él solo de los grandes delitos que según se desprende, cometieron los firmantes de las hojas.

 

Ciego ha de ser quien no vea que lo que quiere el fabricante Estrany es que nuestro compañero Bisbal  se vea alejado de nosotros, creyéndose con ello que la asociación ha de desfallecer. Pero no lo logrará, porque, aunque nuestro compañero llegase a ser víctima de las caricias del desalmado fabricante, otros hay que, aunque con menos facultades que él, seguirán la obra de saneamiento emprendida por Bisbal .

 

La opinión pública se ha interesado en esta causa y buena prueba de ello son las diarias preguntas que se nos hacen y las cartas que recibimos interesándose y pidiendo informes del asunto.

 

A los obreros asociados es a quien corresponde desplegar las fuerzas para lograr el fin que perseguimos. El desprecio mereceríamos si no supiéramos valernos de la ocasión presente.

 

Digna de loa es la actitud adoptada por nuestro compañero al hacerse responsable él solo del delito cometido con otros. ¿Seremos, pues, capaces de ser indiferentes?

 

Hay que trabajar, hay que hacer propaganda, para que vea él que no está solo, que junto a él está todo un pueblo que maldice a los tiranos que de forma tan canallesca se ceban contra un honrado trabajador, contra un hombre cuyo delito consiste en haber dicho la verdad al pueblo.

 

Tal vez sea este asunto el que más ha interesado a la pública opinión y ello ha de fortalecerle, pues son muchos los que están a la expectativa, esperando saber el resultado.

 

¡Ánimo, amigo Bisbal  contra la tiranía de tus verdugos, están tus hermanos, los honrados trabajadores, que velan por tu causa, que también es la suya.

 

De tus verdugos no hay que esperar otras cosas, pues ellos mismos son los que crucificaron a su Jesús por haberles dicho éste las verdades. Pero entonces el pueblo era más ignorante; hoy, sabe cual es su obligación y su deber y aunque pese a Estrany y a sus secuaces, cumplirá fielmente su cometido.

 

Jaime Riera Albertí

 

EL OBRERO BALEAR

Núm. 787, 3 de marzo de 1917

El judici de can Estrany