Nuestro homenaje Gabriel Alomar

La prensa de Barcelona y de Madrid ha hecho, estos días, la apología de Gabriel Alomar. Escritores de alta alcurnia, en escritos públicos y privados, le han tributado sentido homenaje de admiración. En estas mismas columnas podrán saborear nuestros lectores la sentida apología del brillante cronista Marius Aguilar.

En nuestro modesto semanario nos hemos ocupado multitud de veces de personalidad de tan alto relieve en la política y literatura españolas. Hoy consideramos un deber para nosotros sumar nuestra voz al coro de alabanzas.

Alomar en nuestro. En este país de grandes arrivistas, de ideales tomadizos y venales, Alomar ha seguido a paso firme una trayectoria progresiva, dentro siempre de la extrema izquierda, hasta llegar a abrazar nuestros ideales. Esa sólida consecuencia de Alomar, esa honestidad de su espíritu, como dice bellamente Aguilar, es lo que más nos ha subyugado siempre. Compárese la trayectoria de Alomar, con las piruetas de sus compañeros en letras, Azorín, Maeztu, pisoteando en la edad madura los ideales defendidos en sus años mozos.

Alomar es un convencido socialista. Un socialista doctrinario y sentimental. Requerido no hace mucho tiempo para prestar su apoyo a la reorganización de las fuerzas republicanas de Mallorca, hubo de afirmar la vaciedad del republicanismo sin un contenido socialista. Sin ese contenido las pocas fuerzas republicanas que aún restan están llamadas a desaparecer de nuestro escenario político porque las multitudes obreras llamadas a gobernar, en plazo tal vez no lejano, aspiran si a una República, pero a una República Socialista.

¡Cuántas veces, en momentos de decaimiento de energías nos hemos acercado a Alomar para que con su fuerte y franco optimismo disipara nuestras amarguras y nos diera lientos vivificadores!

Y es que Alomar es faro que a través de las tormentas emite su potente luz y orienta a los débiles navegantes hacia el puerto ideal.

Su nombre ha sonado estos días, como candidato a la Academia. Alomar ha sido el candidato de los académicos selectos: Gómez Barquero, Azorín, Alvárez Quinteros .. Su candidatura no ha podido prosperar. Las derechas intransigentes le rechazan. Ello es un timbre de gloria para nuestro amigo. Irá, probablemente, como tercero en discordia Lorenzo Riber. Si tuviésemos voto le votaríamos con placer en este caso. Riber es un exquisito poeta, un ferviente catalanista que sin las altas cualidades de Alomar, representará dignamente a Mallorca como académico de la Lengua y evitará, sobre todo, intentadas y deplorables coladuras o suplantaciones.

Estos días, por vez primera, si mal no recordamos, ha hablado Alomar en el Circulo Mallorquín. Llevó la voz de Mallorca en el homenaje tributado a D. Juan Alcover. No nos extrañó la emoción profunda que reflejaba la palabra vibrante de Alomar. Emoción producida, en parte, por el ambiente nuevo para él pero especialmente por el recuerdo del amigo desaparecido. Alomar sentía una verdadera veneración por el cantor de Cap al Tard. Tanta que en Mallorca la única voz influyente en su espíritu era la suya; en momentos de duda o incertidumbre el consejo del gran amigo vertía en mí como un agua en boca ardiente de sed.

Era de ver la alegría infantil con que proclamaba, a veces, su coincidencia con el gran poeta en cuestiones políticas de palpitante actualidad. Jamás oímos de sus labios palabras de censura para Alcover; incluso cuando apuntábamos aparentes yerros la justificación brotaba pronta. Esa defensa era la prueba de la estima que merecía. Alomar tan combativo, tan exigente para sus mejores amigos

Gabriel Alomar es hoy el más alto poeta, el más alto pensador y el más alto político que posee Mallorca y una de las primeras figuras intelectuales de España.

EL OBRERO BALEAR, representación genuina de la clase trabajadora de Mallorca, saluda efusivamente a Gabriel Alomar y le rinde el tributo de su profunda admiración.

FRAGMENTO DE LA POESÍA DE GABRIEL ALOMAR

“A LA CIUTAT FUTURA”

Qui celebrar pogués en ta plassa, un dia

De llum primaveral, la teva Estefanía

coronante d’épichs llores!

Descendríen vers tus divines complacencias

Y remouria’l cel ses blaves transparencias

Ab un brandeig de místichs encensers.

 

Damunt les bategants ruines del vell temple,

Mon esperit abstret en somnis ja contempla

L’esbart d’un poble emancipat,

Y un chor sent esclatar de vibración sonora

Qui en l’estrada matriu de ta civil agora

canta un himne de vida y llibertat.

 

Ton cor inonda un riu de sava ardenta y jove,

y palpitant d’amor en tes entranyes cova

l’ésser del temps qui arribarán …

Palmes vibrants d’amor entre invisibles tendes

escampen un gran vol de futures llegendes,

y’l só retruny del vigorós pean.

 

Y sobre ta blancor, blancor de neus y lliris,

rebrinca fulgurant, sa inmensa curva un iris

com una arcada triomfal …

Ohh Deesa! Oh Ciutat! Ton sér futur m’inspira

y mes venes encen, com una sacra espira,

la futura ardentor de ta fornal!

 

No entristirá tos ulls la sepulcral memoria

d’un tenebrós passat, qui, en l’ombra de la historia

son vel de mort va desprenent.

Mes ton esguart passant les vanes apariencias

Destriará un rebull d’eternes descendencias

y l’infinit será ton aliment.

 

Rodejará ton cap un abelleig d’idilis,

y la proa eminente de tos altius navilis

cenyrá’ls mons en un abràs;

y’ls mons t’oferirán, com a distants caricies,

epifánichs presents de rebossants primicias

qu’en tos brasos de reyna acullirás.

 

Els núvols, tot passat en impalpables ones,

t’envoltarán el front de llampegants corones

o grans diademas de claró;

y en tes torres gegants desfent les cabelleras

vessarán sobre tu borbotejants rieres

qui t’ungirán d’una divina unció.

 

Alsantse lentamente, com a amorosa ofrena;

Pujará cel amunt, en ascensió serena,

la fumera dels teus forgars,

y al despertarse ardit de les naxents centurias

sonará’l chor dels himnes seculars.

 

Y dansarán els mons en tes panatences,

Y esparcirás l’exám bruzent de tes idees

Com tendre polen fecondant,

com un lluminich vol de vívides colomes

o una pluja vital de ,ay sentits aromes

sobre astorades terres desbordant.

 

Flamejarán al sol tos monuments marmoris,

Dominarán l’espay tos rutilants cimboris,

ombres d’un somni divinal …

 

Mes, proclamant la fé d’aurores infinites,

Alsaràs contra’l cel, com orgulloses fites,

Els cloquers de la nova Catedral.

 

Y al ample sardaneig de ta novella dansa

se junyirán de mans, en m´sitica aliansa,

les llibertes humanittats …

Y al sol de nous llevants, ab noves melodies

el sorgir cantarán de venturosos dies

y l’aubada de verges llibertats.

EL OBRERO BALEAR nº 1298

4 de marzo de 1927