Francesc Roca               Nuestra Fiesta / 1 de Mayo de 1907 

Imposible nos es dejar de manifestar en este día el placer y entusiasmo inmenso que de nosotros se apodera al contemplar este grandioso espectáculo que los trabajadores de todo el Universo efectúan, a la par que para hacer una reclamación a los gobiernos de la burguesía, para llevar la convicción a todos los oprimidos de la necesidad de una fuerte y estrecha unión internacional que transforma este estado social por otro más racional y equitativo que satisfaga las necesidades de todos los individuos.

Nosotros abrigamos la convicción de que cuantos trabajadores llegan a comprender la trascendencia que esta fiesta del trabajo envuelve, han de experimentar una gratitud inmensa al ver bajo una misma aspiración y una sola bandera cobijar bajo sus vastos pliegues a todos los hombres sin distinción de raza ni de clases; y como lazo entre el presente y el porvenir se pinta en el horizonte el Iris de paz que a de fraternizar a todos los pueblos.

Pero la clase trabajadora, bastante avisada para no dejarse seducir por los múltiples argumentos que sus enemigos emplean para desviarla de su verdadero camino, e inspirada por un alto sentimiento de amor a su libertad, se une en indisoluble lazo a través de fronteras y continentes en un solo partido de clase para conquistar la verdadera democracia.

Convencidos estamos que los acaparadores del capital han de sentirse humillados en este día a poco que reflexionen, y han de experimentar algo así como sacudidas de terror al ver a esta clase, que todo lo produce y en la miseria vive, organizándose cada vez más fuerte para conquistar todo cuanto le pertenece.

Lo que más caracteriza a esta fiesta es el propósito inquebrantable que los trabajadores conscientes demostramos por conseguir de los gobiernos una legislación protectora que ponga a cubierto la exagerada explotación a la mujer y al niño, (pero, una legislación irrisoria como la que está promulgada y aún no se cumple) y una ley que reduzca a ocho las horas de trabajo de los adultos; pero no es por esto tan sólo por lo que esta fiesta resulta grandiosa y trascendental, no; es porque en este día la clase obrera hace una gran ostentación universal de su fuerza constituida en un solo partido de clase, ostentación que significa la expresión de la más firme protesta al presente orden social y la manifestación del más vivo deseo que ésta siente por transformarlo por otro que garantice mejor el libre ejercicio de todos los ciudadanos para que sean dueños del producto íntegro de su trabajo.

Los gobiernos que representan a la burguesía sólo cederán a esta justa demanda que hoy hacemos a impulsos de una vigorosa fuerza robusta bien organizada y disciplinada que sea capaz de aniquilar a todos nuestros enemigos.

Hay quien tiene confianza en los Estados burgueses y de ellos esperan las reivindicaciones sociales; nosotros la tenemos sólo en la unión de los trabajadores de todos los países, y afirmamos que el triunfo de las ocho horas como jornada legal a de venir por un ensayo simultáneamente internacional.

¡Obreros convencidos! Tengamos fe con la labor incesante del proletariado del universo, no está lejano el 1º de Mayo que gritemos: ¡Abajo el régimen capitalista! ¡Paso al socialismo universal!

Francisco Roca

 EL OBRERO BALEAR nº 333

1 de mayo  de 1907

 

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