Para el Sr. Manitas

 Hace bastante tiempo que presumíamos tener un choque con La Vanguardia Balear: Dicho semanario lo ha provocado en diferentes ocasiones y nosotros hemos escurrido el bulto para no armar polémicas con un colega que, aunque burgués, tiene algo de simpático. Pero ha llegado ya la hora de romper el silencio y decirle cuatro verdades al Sr. Manitas, personaje que es conocido de todo el mundo por ser el alma-mater del Fomento del Civismo y de su órgano de prensa.

 

En uno de sus Dichos y hechos, el señor Manitas ha querido meterse en la cuestión Estrany sin conocer una palabra del asunto. Pues de tal modo lo ha tratado que su catilinaria nos ha producido el efecto de una inocentada.

 

Bien está que Sr. Manitas confiese ser casi un jesuita entero, que haga todo el rendibú que le dé la gana al P. Vives y a su gran Patronato Obrero, y hasta que le tenga simpatía al Sr. Estrany por el solo hecho de que los zapateros y EL OBRERO BALEAR lo hayan comparado al primero, llamándole también jesuita. Al fin y al cabo es una cuestión de jesuitismo (entiéndase bien la palabra) y nada más natural que entre familia exista el vínculo de la solidaridad.

 

Pero lo que no está bien no es permitido por la lógica es que se espante y lance anatemas por unas palabrotas mal sonantes y groseras de unos zapateros quien, como el Sr. Manitas, y no obstante ser abogado, escribe siempre en tonos agresivos y muchas veces calumniosos. No está bien no hay derecho a condenar esas palabrotas, (escritas por obreros en momentos de indignación) por quien, siendo director de La Vanguardia Balear y presidente a la vez del Fomento del Civismo, dejó estampar en dicho periódico las palabras de “licenciados de presidio” contra honrados socialistas y republicanos. No, esto no está bien, como no lo está tampoco, ni nos parece muy cívico, alabar, cuando no promover, algaradas callejeras y cencerradas ridículas.

 

Quien tal hace no está a más altura que los firmantes de la hoja contra Estrany.

 

Que los obreros no sabemos convencer, no sabemos demostrar nuestras desgracias para combatirnos no nos parece tampoco muy cívico. Pero también pudiera ser que Manitas no supera comprender la razón de los obreros, como nosotros tampoco sabemos comprender a veces la razón de su civismo.

 

Añade Manitas que los obreros del Sr. Estrany pidieron a éste aumento de jornal con la amenaza de la huelga, para de este modo llegar a la conclusión de que el patrono no realizó coacciones y obró lícitamente cuando los llamó uno a uno en su despecho y les amenazó con el despido si no se conformaban con lo que les daba. “La negativa –agrega Manitas- a varias un contrato de trabajo, expreso o tácito, no la juzgamos una coacción, sino simplemente el acto de rechazar la que intentaban ejercer los obreros con la amenaza de la huelga; el optar por el despido de operarios o abandonar el trabajo, no es tiranía, es elegir entre dos términos que los mismos obreros habían propuesto al fabricante de referencia”.

 

En este parrafito hay una gran dosis de ignorancia o de mala fe. Cualquiera que lo lea creerá que los obreros del Sr. Estrany le hicieron la petición personalmente amenazándole con la huelga. La verdad es quien hizo la demanda fue la Sociedad de zapateros en nombre de la mayoría del gremio y no en el acto de presentarla al Sr. Estrany ni después ha habido amenaza de huelga. La colectividad de obreros zapateros o sea La Igualdad era, pues, la que entablaba pleito con el Sr. Estrany y desde el momento en que éste había reconocido esa personalidad colectiva, aceptando sus relaciones por medio de una representación oficial para gestionar el asunto en el terreno de la armonía, oficialmente tenía que resolverlo con La Igualdad, dentro de la armonía o fuera de ella, pues todo el mundo tiene derecho a defender lícitamente sus intereses. Pero el Sr. Estrany, y de aquí toda la inquina contra él, no procedió así; mientras la cosa estaba en gestiones oficialmente con La Igualdad y aprovechando la condescendencia que esta le tuvo de concederle un plazo para estudiar el asunto, dentro este plazo precisamente fue cuando el Sr. Estrany coaccionó individualmente a sus obreros con la amenaza del despido inmediato.

 

Esto, diga lo que quiera Manitas, a más de significar una burla infame y grotesca contra La Igualdad implica una coacción violenta contra sus operarios y un atentado contra el derecho de asociación y de las peticiones colectivas.

 

Y como el ejercicio de esos derechos supone la práctica de virtudes cívicas, amén del deseo de mejoramiento moral y económico de los obreros, resulta que el Sr. Manitas en este asunto, en vez de campeón del civismo, nos ha demostrado ser un gran enemigo de esa virtud que tanto nombre le ha dado.

 

Por considerar al Sr. Manitas un verdadero profano en materia sociológica obrera, nada hemos de decirle sobre lucha de clases, socialismo y redención del proletariado, pues estamos seguros quedaría muy mal parado. Más si se empeña en polemizar sobre ello con nosotros, que nos lance el reto y elija tema.

 

Lo que no podemos dejar pasar por alto es que Manitas afirme muy cívicamente que nunca se nos había ocurrido a nosotros los socialistas (no apóstoles del ateísmo) el pedir al Ayuntamiento los servicios gratuitos de asistencia médica y farmacéutica domiciliarias, cuando mucho antes que el Fomento del Civismo lo había ya solicitado la Federación Obrera. Pues hace ya tres años que en unas conclusiones acordadas en un mitin de primero de Mayo se elevaron dichas peticiones al Municipio.

 

Y sobre si el Fomento del Civismo ha hecho más que nosotros por la clase obrera, una vez que nos lo haya demostrado Manitas le contestaremos.

 

Y para terminar le diremos que no confunda nunca el socialismo con el societarismo ni EL OBRERO BALEAR con la Sociedad de zapateros, pues se expone a hacer pasar por primates del socialismo a algún zapatero de ideas integristas inclusive.

 

Lo de la cordura y la circunspección lo tendremos en cuenta siempre que tratemos con personas cuerdas y circunspectas. Más esto son caramelos que no los merece el Sr. Estrany no quien defienda su conducta observada en el asunto que con él ventila La Igualdad.

 

Deseando no olvide lo de “licenciados de presidio”, está a su disposición.

 

Otro manitas

 

EL OBRERO BALEAR

Núm. 762, 2 de septiembre de 1916

El judici de can Estrany