1920 –  JUSTIFICADA ACTITUD DEL ATENEO SINDICALISTA

En los últimos números de este semanario se habrán enterado nuestros lectores de los motivos que han obligado al Ateneo Sindicalista a separarse de la Federación de Sociedades Obreras de la Casa del Pueblo. Pero, no obstante esto, y conforme anunciamos la semana pasada, hoy vamos a repetir de una manera sintética dichos motivos, y, a la par, pondremos de manifiesto ciertas inexactitudes vertidas en el artículo de fondo del último número de El Obrero Balear, a fin de que la opinión consciente e imparcial pueda orientarse bien.

En los conflictos que surgen entre el capital y el trabajo, los sindicalistas, propagan, como medios de lucha, la acción directa, que consiste en resolver las cuestiones directamente con los patronos, excluyendo, por tanto, la política, o en emplear el sabotage, el boicot, el lebel y la huelga parcial o general revolucionaria, recurriendo a esta con preferencia.

Los socialistas propagan el sistema llamado de base múltiple, que consiste en emplear todos los medios, absolutamente todos; pero vemos que en la práctica recurren con preferencia al medio político y se apartan lo posible de la huelga revolucionaria, ya sea esta parcial o general.

Esta preferencia por una táctica distinta ha hecho que entre los trabajadores sindicalistas o socialistas se marcaran dos tendencias bien definidas y distintas, para lograr su emancipación. Son dos sistemas completamente antitéticos, que se repelen mutuamente el uno al otro. Los socialistas son acérrimos políticos. Los sindicalistas son acérrimos antipolíticos.

A pesar de tal discrepancia y comprendiendo que la unión es la fuerza, nosotros procuramos siempre mantener entre unos y otros la mayor unión y armonía posibles. Pero las arbitrariedades que los socialistas iban cometiendo con los sindicalistas, envalentonados, seguramente, porque sumaban mayor número, iban poniendo en tensión las relaciones amistosas de un principio.

Celebrose el Congreso obrero y los socialistas, además de proceder con manifiesta parcialidad y alguno de ellos hasta con indigna bajeza, no quisieron transigir en ninguna ponencia presentada por los sindicalistas, lo que obligó a algunos de estos a retirarse antes de la clausura de aquel. Así fue como el Comité de la Federación de Sociedades Obreras quedó integrado en su mayoría por elementos socialistas. Desde este momento y visto el rumbo que iba tomando la Casa del Pueblo con tal Directorio, se fue acentuado cada día más la tirantez de relaciones entre unos y otros.

Vino a agravar la situación, luego, la actitud tomada por el Centro de albañiles, rechazando el acuerdo de la asamblea regional, de que CULTURA OBRERA fuera órgano del Sindicato de albañiles, que dio lugar a que los albañiles sindicalistas presentaran la dimisión de los cargos que desempeñaban en dicho Centro. Pero no se conformaron con esto los socialistas albañiles. Luego quisieron disolver el Sindicato regional, que tanto trabajo había costado su formación a los sindicalistas. En vista de esto los compañeros Jorge Aloy, Antonio Salvà y Miguel Rigo, mandaron una circular a las Sociedades de albañiles de la Isla, para evitar que se disolviera dicho Sindicato regional, pidiéndoles su conformidad para que este continuara fuera de la Casa del Pueblo, ya que en ésta no podía ser, dada la oposición de los socialistas.

Así que se enteraron de dicha circular, el Centro de albañiles, primero, y luego el Comité de la Casa del Pueblo, expulsaron a los mencionados compañeros, sin que ese Comité quisiera dar explicaciones de ninguna clase al Ateneo respecto a los motivos de tal expulsión.

Como los expulsados son socios del Ateneo Sindicalista, este consideró que se había cometido con él un incalificable atropello y decidió salir de la Casa del Pueblo, y separarse por completo del radio de acción de los socialistas.

Al principio de este artículo decíamos que queríamos poner de manifiesto cierta inexactitudes vertidas en El Obrero Balear, pero ahora creemos que basta con la anterior aclaración, pues lo demás son juegos de palabras que emplea el articulista para desvirtuar la eficacia de la táctica sindicalista, y ya procuraremos en sucesivos artículos expresar lo errónea que resulta tal quimera. 

Justificada, pues, la actitud del Ateneo Sindicalista, por haberse separado de la Casa del Pueblo, nos resta hacer un nuevo llamamiento a todos los sindicalistas, para que salgan también de ella cuanto antes, con el fin de formar potentes Sindicatos de ramo, lejos de la influencia socialista y poder reivindicar así, cuanto antes, los derechos que nos corresponden como productores.

¡Compañeros sindicalistas! A trabajar, pues, con toda la intensidad posible en pro de la organización de Sindicatos Únicos a base de acción directa! ¡Salid, pronto, todos de la Casa del Pueblo, y a propagar fuera de ésta el sindicalismo revolucionario!

AVISO

El Ateneo Sindicalista y la Redacción y Administración de CULTURA OBRERA, se han trasladado a la Plaza del Olivar, núm. 3, donde deberán dirigirnos en lo sucesivo toda correspondencia.

 

ATENEO SINDICALISTA

Esta entidad convoca a todos sus afiliados a la Junta genera extraordinaria que se celebrará el sábado, día 24 del corriente, a las ocho de la noche en su local social, Plaza del Olivar, 3, para tratar varios asuntos de trascendental importancia.

Se suplica a todos la más puntual asistencia.

EL COMITÉ

CULTURA OBRERA nº 37

24 de abril de 1920