EL VIII CONGRESO DE LA INTERNACIONAL SOCIALISTA EN COPENHAGUE

 

Del 28 de agosto al 3 de septiembre se ha celebrado en Copenhague el VIII Congreso de la Internacional socialista y obrera.

 

Han concurrido 888 delegados de 33 países, y la labor realizada en este Congreso es simplemente digna de quienes llegarán un día a dirigir la vida sobre la Tierra.

 

Espléndida, conmovedora, como siempre, se reveló en Copenhague la fraternidad humana, que no es un frase, sino un hecho tangible que cada día tiene mayor alcance.

 

Con delicadeza exquisita recibieron los camaradas daneses a sus hermanos de todos los rincones del mundo.

 

De España fueron representando al Partido Socialista los compañeros Pablo Iglesias, Casimiro Muñoz, Emilio Corrales y Francisco Azorín; la Unión General de Trabajadores estuvo representada por Vicente Barrio.

 

La inauguración

 

Fue un acto emocionante.

 

El diputado danés Stauning da la bienvenida a todos con palabras del corazón, e inmediatamente un coro de 500 voces entona un canto lento, amplio, solemnes, que ofrece variados cambiantes, en el cual se intercalan aires de distintos países: Alemania, Francia, Rusia, Inglaterra, muchas naciones intervienen en aquella delicada composición musical, que termina resumiéndose en las notas viriles y fascinadoras de La Internacional, como aspiración unánime de todas las almas. La concurrencia, enloquecida de entusiasmo, aclama ruidosamente al coro y une sus voces a las de éste cuando acomete La Internacional, que en este momento es cantada en todos los idiomas, conmoviendo los pechos de aquellos elegidos de la clase obrera llegados de todos los países civilizados y pertenecientes a razas que hasta hoy se consideraron enemigas.

 

Emilio Vandervelde, en nombre del Comité Internacional, da las gracias por la acogida, encomia a los luchadores daneses, haciendo notar que en 1878 reunieron 700 votos, y últimamente han llegado a los 100.000. Pero lo más significativo es que siendo 120.000 los obreros sindicados, sin también 120.000 los lectores que tienen los periódicos socialistas.

 

El orador saluda a los socialistas de todos los países y a sus representantes, dedica un recuerdo al campeón italiano Andrés Costa, fallecido hace pocos meses, y hace votos porque la enfermedad que a Bebel impide acudir a este Congreso, no tenga consecuencias.

 

Gustavo Bang, de Copenhague, habla también para saludar a los delegados.

 

El orden del día del Congreso es repartido entre cinco Comisiones, que presentarán dictámenes a las sesiones plenarias.

 

Después, parten los delegados en manifestación por la calles de Copenhague, seguidos de una muchedumbre, componiendo un cortejo de más de 80.000 personas, al que esperan en todas la calles y plazas enormes masas que se unen después.

 

Llegada la manifestación al parque de Soendermarken, divídese en cuatro grupos, que rodean otras tantas tribunas. Desde estas tribunas hablan delegados de diversos países: Jaurés , Keir Hardie, Vaillant , Iglesias, Vandervelde, Mac-Donald, Troelstra, Rubanovitch y otros, que despiertan gran entusiasmo en la multitud.

 

Las discusiones

 

Hasta el miércoles 31 de agosto no se reunió en pleno el Congreso. Las Comisiones discutieron los puntos sometidos a su dictamen, y el miércoles comenzó la discusión amplia del orden del día.

 

El delegado Ellenbogen, de Austria, encargado de hacer un resumen sobre diferentes resolucones accidentales, se ocupa de la situación del Socialismo en diversos países, situación que requiere se adopten resoluciones favorables para aquellos compañeros. Son estos países la República Argentina, el Japón, Persia, Turquía, España, Rusia y Finlandia.

 

Como se ve, los españoles hemos sido incluidos entre los países donde la casta reaccionaria merece mayores anatemas.

 

He aquí, en extracto, las palabras que el camarada Ellenbogen nos dedicó en su discurso:

 

“Es de desear que el Gobierno liberal acometa la lucha contra la reacción clerical, con energía y éxito, pero hay que llegar al final.

 

“Lo mismo que Iglesias, estimamos que España no es tan clerical como se la cree. Se la puede libertar.

 

“Pero existen malos síntomas: el Gobierno liberal no retrocede ante ningún medio de represión contra el movimiento obrero.

 

“Saludemos la elección de Iglesias como diputado al Parlamento y honremos a este veterano que desde tantos años viene luchando y que encarna al proletariado español culto, siempre enérgicamente revolucionario, a pesar de tanta opresión.”

 

Después, el Congreso en pleno fue adoptando unánimemente las resoluciones relacionadas con estos países y que más adelante copiamos.

 

El desarme

 

Especialmente la cuestión del desarme alcanzó una gran transcendencia: en la discusión terciaron inteligencias tan poderosas como las de Keir Hardie, Vaillant, Ledebour ,  Jaurés , Vandervelde, etc.

 

A decir verdad, no podía adoptarse una resolución concreta y mucho menos hacerse pública, toda vez que en la mayoría de los países sería causa de persecuciones que en nada beneficiarían a nuestros ideales.

 

Keir Hardie, inglés, pidió que apenas amenace a Europa el peligro de un guerra, de declare, por vía de advertencia a los Gobiernos, la huelga general de 24 horas.

 

Vaillant pidió que los Partidos Socialistas se comprometan a preparar la resistencia del proletariado contra la guerra.

 

En general, el espíritu del Congreso manifestose de acuerdo con la célebre frase de Vaillant: “Antes la insurrección que la guerra”.

 

Al dictamen de la Comisión presentose una enmienda de Keir Hardie y Vaillant que dice:

 

“Entre todos los medios que han de emplearse para prevenir e impedir la guerra.

 

“El Congreso considera como particularmente eficaz la huelga general obrera, sobre todo en las industrias que proveen a la guerra de instrumentos (armas, municiones, transportes, etc.), así como la agitación y la acción popular bajo sus formas más activas”.

 

Cuando ya la discusión había sido bastante amplia, leyóse esta otra proposición:

 

“El Congreso acuerda enviar la enmienda de Vaillant y Keir Hardie al Comité Socialista Internacional para someterla a examen e informar sobre las proposiciones que contiene al próximo Congreso Internacional.- E. Vandervelde, Hilquitt , Adler , Wibant , Rosa Luxemburgo, Ebert.”

 

Vaillant acercose a la mesa de la presidencia y añadió su firma.

 

Esta solución fue acogida con aplausos y bravos.

 

Ledebour dijo:

 

“En el día de hoy aniversario de la batalla de Sedán, aceptamos la resolución de la Comisión sin añadir una palabra; con esto marcaremos mejor nuestro deseo unánime”.

 

El paro

 

A propuesta de la 4ª Comisión, se adopta el siguiente acuerdo:

 

“El Congreso estima que el paro es inseparable del modo de producción capitalista y que sólo desaparecerá con él.

 

“En tanto que la producción capitalista constituya la base de la sociedad, todo cuanto se haga en este terreno no pasará de ser un paliativo.

 

“El Congreso reclama el seguro general obligatorio, cuya administración esté confiada a las organizaciones obreras y cuyos gastos corran a cargo de los propietarios de los medios de producción.

 

“Los elegidos de la clase obrera deberán reclamar tenazmente de los Poderes públicos:

 

“1) Estadísticas exactas y regulares del paro.

“2) Ejecución en medida suficiente de trabajos públicos importantes, donde los parados sean pagados con arreglo a las tarifas de salarios fijadas por los Sindicatos.

“3) Subvención extraordinaria a las cajas de parados durante los períodos de crisis.

“4) Ninguna subvención a parados puede entrañar una disminución de sus derechos políticos.

“5) Instalaciones y subvenciones a las instituciones de colocación, donde todas las libertades y todos los derechos obreros estén respetados por la colaboración de los Sindicatos de colocación.

 

“6) Reducción de las horas de trabajo por legislación.

 

“7) Mientras se realiza por la Legislación el seguro general obligatorio, los Poderes públicos deben estimular por medio de subvenciones a las cajas de seguro contra el paro. Estas subvenciones deben respetar por completo la autonomía de las organizaciones sindicales.”

 

La unidad socialista

 

“El Congreso, recordando nuevamente la decisión de Amsterdam sobre la unidad del partido,

 

“Considerando que el proletariado es uno e indivisible y cada sección de la Internacional debe formar un grupo único y fuertemente constituido obligado a abolir sus divisiones interiores en interés de la clase obrera de su país y del mundo entero.

 

“Considerando el gran aumento de poder y de prestigio que el Socialismo francés ha obtenido de su unificación, invita a todas las secciones nacionales que aún permanecen divididas, a realizar los antes posible la unidad y encarga al Comité Nacional interponga sus buenos oficios para el cumplimiento de esta obra necesaria”.

 

Resoluciones sobre diversos países

 

Sobre España:

 

“El Congreso Socialista Internacional de Copenhague, ante los acontecimientos trágicos de que España y particularmente Cataluña han sido teatro el año último, hace constar su entera simpatía a los camaradas del Partido Socialista español, a los militantes de Cataluña y a todos los obreros organizados de España que, conforme a las decisiones de la Internacional, opusieron a la aventura colonial marroquí la acción colectiva del proletariado; protesta contra la represión bárbara de que nuestros compañeros de Barcelona y de otras poblaciones han sido víctimas y en particular contra el asesindo seudo-jurídico de Ferrer, y saluda en la elección del compañero Iglesias, primer diputado de la clase obrera por la capital misma de la Monarquía, el signo decisivo del despertar de la conciencia de clase entre los trabajadores españoles.”

 

Sobre Turquía:

 

“Teniendo en consideración:

 

“1) La política colonial sostenida por los Estados capitalistas europeos respecto de Turquía;

“2) La proclamación de una constitución que confiere a cada ciudadano los derechos del hombre y del ciudadano;

“3) La violación del derecho sindical y de huelga por el tribunal de Turquía;

“4) Las consecuencias desastrosas de una política autocrática contra la clase obrera;

 

“El Congreso Internacional Socialista de Copenhague declara:

 

“Que esta política capitalista y colonial de los Estados europeos puede ser combatida efectivamente ante todo por medio de reformas radicales democráticas y constitucionales en los países balcánicos y por un convenio pacífico de los pueblos soberanos de estos Estados, lo que actualmente la democracia social por si sola sostiene contra los Gobiernos de los Balcanes y de los otros Estados europeos.

 

“El Congreso protesta contra la política reaccionaria del Gobierno de los Jóvenes Turcos y en particular contra las leyes que atentan contra la organización sindical y el derecho de huelga y envía un ardiente saludo al naciente movimiento socialista de Turquía”

 

Sobre Persia:

 

“Considerando que desde el comienzo de la revolución persa, y justamente en consecuencia del acuerdo anglorruso, el Gobierno del Zar ha puesto en juego todos los medios de que dispone para hacer fracasar el movimiento constitucional;

 

“Que en varias ocasiones el Zar ha intervenido hasta por la fuerza armada, bajo pretexto de garantizar el orden en sus fronteras y la vida de sus súbditos en Persia, pero en realidad con el evidente fin de poner obstáculos a los esfuerzos de los demócratas persas; que sus tropas y la policía rusa en la provincia de Azerbaiyán (Tabriz) han combatido abiertamente contra los insurrectos y los directores que pertenecen al partido Daschnakizoutioun;

 

“Que todavía en la actualidad el Gobierno ruso, por mediación de sus múltiples agentes secretos, mantiene en Persia sus intrigas y persecuciones; que una gran parte de las tropas permanecen aún en el territorio persa, a pesar de las protestas reiteradas del medjlis y del Gabinete de Teherán;

“Considerando que el mismo Gobierno ruso “trabaja” activamente en Turquía, y especialmente en la Armenia turca, que sin cesar envía allí emisarios con el propósito de excitar a los feudales kurdos, el elemento más reaccionario de Turquía, contra los armenios, fomentando así las revueltas para provocar la contrarrevolución:

 

“Que el embajador ruso en Cosntantinopla, Tcharicoff, y el cónsul ruso de Erzerum han recibido instrucciones en este sentido;

 

“Considerando en una palabra:

 

“Que el zarismo, victoriosos en su marcha liberticida en el interior de su Imperio y detestando profundamente el orden constitucional establecido en sus dos fronteras, tiende por sistema y con perseverancia a reinstaurar el régimen absolutista en Persia y en Turquía.

 

“En presencia de estos hechos graves, que constituyen un peligro permanente para las dos jóvenes democracias orientales, invita el Congreso a los Partidos Socialistas de Europa a usar de todos los medios que estén a su alcance hasta poner un término a las maniobras reaccionarias del zarismo.”

 

Sobre el Japón:

 

“El Congreso Internacional de Copenhague condena de la manera más enérgica las medidas que el Gobierno japonés ha adoptado para oprimir al movimiento obrero socialista de este país, medidas que ponen en evidencia el verdadero carácter de este Gobierno, especie de mezcolanza de absolutismo arbitrario y brutalidad capitalista, y que tienen por objeto hacer imposible al proletariado japonés todo esfuerzo en pro de la libertad, la emancipación y la cultura, para someterle a nivel de los esclavos imponentes y sin voluntad.

 

“Mientras el Congreso reconoce la importancia inmensa de la emancipación del proletariado japonés para la liberación del proletariado del mundo entero, sabiendo que el desarrollo del capitalismo, que en Asia se verifica también de una manera muy rápida, prepara el terreno para la semilla socialista, ofrece al joven proletariado japonés que despierta y quiere luchar contra sus feroces explotadores, la más viva simpatía de todos los Partidos Socialistas.

 

“El Congreso no hace sino cumplir con su deber al expresar de todo corazón su reconocimiento y su admiración hacia los valientes e intrépidos luchadores de la vanguardia del Socialismo japonés, que solos, y en condiciones dificilísimas, sostienen la pelea contra la política exterior de expansión belicosa y contra la política interior de opresión, con lo cual, de manera muy intensiva sirven a la causa del proletariado internacional.

 

Sobre la Argentina:

 

“El Congreso.

 

“Considerando que la oligarquía argentina, por la falsificación sistemática del sufragio universal, por su desprecio de la legalidad y de la sana política obrera, por la organización de alborotos policíacos y su servilismo al capitalismo, aunque sea extranjero, mantiene al pueblo en una sujeción bárbara y le da un pernicioso ejemplo de su anarquismo.

 

“El Congreso Socialista Internacional condena enérgicamente el escandaloso estado político de la República Argentina; tiene en cuenta las condiciones difíciles en que lucha el partido socialista argentino, y manifiesta su esperanza de que los esfuerzos del pueblo trabajador, basados sobre una clara conciencia de clase, le conducirán al progreso político en este país tan atrasado todavía desde este punto de vista”.

 

Sobre Finlandia

 

“El Congreso Socialista Internacional de Copenhague condena enégicamente la política bárbara y deshonrosa del Gobierno ruso y de los representantes reaccionarios de las clases poseyentes en la Duma y en el Consejo de Estado, política que tiene por objeto suprimir totalmente la autonomía y la libertad conquistadas por Finlandia y que la ha convertido en la provincia más oprimida del Imperio.

 

“El Congreso estima que con la política seguida con Finlandia el Gobierno zarista ha recuperado cívicamente todas las garantías que solemnemente diera en 1905 y ha suprimido su Constitución secular, con menosprecio de la voluntad formal del pueblo finlandés, de la parte honrada de la opinión europea y de los jurisconsultos más eminentes.

 

“Igualmente estima que la supresión brutal de la autonomía finlandesa no es más que una consecuencia de todo un sistema de opresión salvaje de todas las nacionalidades no rusas, así como del propio pueblo ruso, opresión ejercida por un bando de asesinos que se encubren con la falsa aureola de un pretendido constitucionalismo.

 

“Y considerando que las clases dominantes de Europa y los grandes órganos de la prensa, aun formulando votos platónicos a favor de Finlandia, como sostienen de hecho el zarismo bárbaro por todos los medios de que disponen.

 

“Que los socialistas finlandeses para salvar la libertad democrática, el desarrollo del pueblo finlandés a disponer de sí mismo, están comprometidos en una batalla seria que interesa, no sólo al Socialismo, sino también a las libertades democráticas.

 

“El Congreso expresa su confianza en la energía, el valor y la perseverancia del proletariado finlandés.

 

“Está convencido de que el proletariado de Finlandia marchará siempre de acuerdo con la clase obrera de Rusia, luchando solidariamente contra el mismo régimen de opresión. Invita a todos los Partidos Socialistas, a todos los demócratas sinceros del mundo, a protestar por todos los medios a su alcance (prensa, Parlamento, mitines, etc.) contra este golpe de fuerza. El Congreso encarga al Comité Socialista Internacional que tome medidas para organizar en todos los países una demostración del proletariado socialista tan unánime y potente como sea posible a favor de Finlandia.”

 

Aún habiendo sido adoptadas por unanimidad todas las anteriores resoluciones, ésta última, relacionada con Finlandia, provoca un gran entusiasmo entre los congresistas, que la reciben y aclaman en pie, poseídos de gran emoción.

 

La cooperación

 

“Considerando que las Sociedades cooperativas de consumo no procuran solamente ventajas materiales inmediatas a sus miembros, sino que están destinadas:

 

“1) A aumentar el poder del proletariado por supresión de los intermediarios y por la creación de servicios de producción que dependan de los consumidores organizados;

 

“2) A mejorar las condiciones de vida obrera;

 

“3) A educar a los trabajadores para la organización en plena independencia de sus negocios propios, y ayudarles así a preparar la democratización y la socialización de las fuerzas de cambio y de producción;

 

“Considerando que la cooperación por sí sola seria impotente para realizar el fin perseguido por el Socialismo, que es la conquista de los poderes públicos para la apropiación colectiva de los medios de trabajo.

 

“El Congreso, poniendo a los trabajadores en guardia contra los que sostienen que la cooperación se basta a si misma, declara que la clase obrera tiene el mayor interés en utilizar el arma cooperativa en su lucha de clase.

 

“Invita, pues, a todos los socialistas y a todos los miembros de los Sindicatos a participar activamente en el movimiento cooperativo a fin de desarrollar en él el espíritu del Socialismo e impedir que las cooperativas se desvíen de su misión educadora y de solidaridad obrera.

 

“Los cooperadores socialistas tienen el deber de luchar en sus Sociedades:

 

“1) Porque los beneficios no sean exclusivamente repartidos entre los miembros, sino que una parte sea destinada a las federaciones o almacenes al por mayor, al sostenimiento de sus miembros, al desarrollo de la producción cooperativa y a fines de educación y de enseñanza.

 

“2) Para que las condiciones de salario y de trabajo de las cooperativas sean marcadas de acuerdo con los Sindicatos.

 

“3) Para que la organización del trabajo sea en ellas ejemplar y que las compras de mercancías se efectúen teniendo en cuenta las condiciones de trabajo de quienes las han producido.

 

“Corresponde a las diferentes cooperativas de cada país decidir si han de ayudar directamente con sus recursos al movimiento político y sindical y en qué medida.

 

“Dado que los servicios que la cooperación puede rendir a la clase obrera serán tanto mayores cuanto más fuerte y más unánime sea el movimiento cooperativo, el Congreso declara que las cooperativas de cada país, constituidas sobre la base de la presente resolución, deben formar una sola Federación.

 

“Declara, además, que la clase obrera, en su lucha contra el capitalismo, tiene el mayor interés en que los Sindicatos, las cooperativas y el Partido Socialista, conservando su autonomía y su unidad propias, permanezcan unidos por relaciones cada vez más íntimas”.

 

Contra la pena de muerte

 

“Al principio de la evolución social moderna, el racionalismo burgués condenó la pena de muerte como una herencia bárbara de las tinieblas medievales. El ideal de progreso y humanidad no se reducía por la burguesía a meras frases efectistas. Por estos sus representantes más eminentes rn todos los países han proclamado la lucha contra esta institución vergonzosa para la humanidad civilizada, que es el asesinato legalizado, sistemático, cometido a sangre fría por un hombre con otro hombre. Desde entonces, se ha operado un profundo cambio sobre este punto. La lucha cada vez más encarnizada y viva entre la burguesía y el proletariado moderno, que se convierte en el asilo de la vida pública de todos los países, ha arrastrado a la burguesía degenerada de nuestro tiempo a abandonar también el combate contra la pena de muerte, así como sus otros fines democráticos y liberales. Las clases dominantes emplean cada vez con mayor frecuencia el arma ignominiosa de la pena de muerte, tanto para luchar contra la descomposición del orden capitalista, como para oprimir por la fuerza al proletariado que se levanta por su emancipación. En Alemania y en otros muchos países, varios maestros científicos y artísticos, representantes brillantes de la inteligencia burguesa, han declarado hace poco tiempo que la pena de muerte es cosa necesaria. Eminentes representantes de la ciencia criminalista moderna se han declarado recientemente partidarios de modificar esencialmente el derecho de asilo, lo cual, en muchos casos, especialmente cuando se trate de los emigrados de Rusia, tendría como efecto la reinstauración de la pena de muerte aun en los países en que, como Holanda, hace tiempo fue abolida. En la República francesa, el parlamento ha votado contra un proyecto de ley que abolía la pena de muerte. En los Estados Unidos de América del Norte, la burguesía combate al proletariado militante con la pena de muerte. No hace mucho tiempo, ha faltado poco para que las inolvidables víctimas del asesinato jurídico de Chicago, ahorcadas por haber reclamado la jornada de ocho horas, fuesen seguidas por los representantes de los mineros organizados. En España, un régimen caduco y reaccionario emplea el asesinato jurídico como arma y medio de venganza contra las aspiraciones emancipadoras del proletariado. Finalmente, en Rusia, país donde para los crímenes de derecho común se ha abolido la pena de muerte hace tiempo, el verdugo se halla siempre en actividad desde la revolución del pueblo obrero, y sobre todo desde la victoria de la contrarrevolución. Millares y millares de personas son ejecutadas después de una despreciable comedia de consejo de guerra. Un río de sangre se extiende por todo el Imperio ruso. Y todo esto se hace ante los ojos del mundo civilizados entero, sin que los representantes de la inteligencia burguesa osen oponer una resistencia, sin que rehúsen su complicidad moral y su concurso pecuniario al régimen del verdugo.

 

Los intelectuales burgueses que se han indignado ante la ejecución del librepensador Ferrer, contemplan tranquilamente al absolutismo ruso rechazando por medio del asesinato la revolución del proletariado.

 

“Por esta razón el proletariado socialista es actualmente el más importante y el más fiel adversario de la pena de muerte. Sólo por la luz proyectada por los Partidos Socialistas, sólo por el acrecentamiento del poder y la cultura de las masas laboriosas por la acción política y sindical, se podrá combatir eficazmente ese ultraje a la humanidad civilizada que se llama pena de muerte.

 

“Los representantes del proletariado, organizado política y sindicalmente, de todos los países, reunidos en Copenhague, sacan a la vergüenza a los partidarios activos y pasivos del asesinato ordenado por todas las jurisdicciones oficiales, civiles y militares, e invitan a los representantes parlamentarios de la clase obrera de todos los países a exigir la abolición de la pena de muerte en toda ocasión. Su acción en los Parlamentos, así como los acontecimientos políticos deben ser utilizados para desplegar una propaganda enérgica en las reuniones políticas y en la prensa socialista y obrera para pedir la abolición de la pena de muerte”.

 

El derecho de asilo

 

“En estos últimos tiempos, y en diferentes países, se han producido casos en que, bajo falaces pretextos, se ha violado el derecho de asilo para los refugiados políticos.

 

“Particularmente, el Gobierno ruso se ha distinguido en este asunto de manera deplorable. Por esto, a petición de Rusia, ha sido detenido últimamente en Boston Julio Wezosol, quien ha sido objeto de una demanda de extradición.

 

“Hasta Inglaterra, contra todas sus tradiciones, empieza a emplear este procedimiento, que viola el derecho público, como en el caso del revolucionarios indio Savarkar, el cual, contra todos los precedentes, ha sido detenido en territorio francés y extrañado sin ninguna formalidad legal.

 

“El Congreso protesta enérgicamente contra estas violaciones criminales del derecho de asilo y pide al proletariado internacional que resista por todos los medios de propaganda y de agitación contra esos atentados a la dignidad y a la independencia de sus propios países, que amenazan la libertad de acción de la clase obrera y sus relaciones internacionales.

 

La unidad sindical

 

“El Congreso Socialista Internacional de Copenhague ratifica su resolución de Stuttgart sobre las relaciones entre el Partido político y los Sindicatos, especialmente en lo relativo a la afirmación de que la unidad de la organización sindical debe ser observada en cada Estado y constituye una condición esencial de éxito en la lucha contra la explotación y la opresión.

 

“En los Estados políglotas, los Sindicatos unidos deben evidentemente tener en cuenta las necesidades culturales y lingüísticas de todos sus miembros.

 

“El Congreso declara, además, que toda tentativa de dividir los Sindicatos internacionalmente unidos, en partidos nacionalmente separatistas, va contra la intención de esta resolución del Congreso Socialista Internacional.

 

“El Comité Socialista Internacional y la Secretaría Internacional de Sindicatos son invitados a ofrecer sus buenos oficios a las partes directamente interesadas para allanar los conflictos que se produzcan sobre esta cuestión en un espíritu de acuerdo y fraternidad socialista.

 

Legislación obrera

 

“La explotación de los trabajadores, que aumenta con el desarrollo de la población capitalista, ha traído una situación que hace absolutamente necesaria una legislación protectora de la vida y de la salud de los trabajadores. En ningún país bastan las leyes protectoras para alcanzar ni aún aproximadamente lo que es en absoluto preciso para el interés de los trabajadores y que puede ser concedido sin perjudicar a la industria.

 

“A) El Congreso recuerda las reivindicaciones primordiales siguientes que conciernen a la legislación obrera en general, y reclamadas ya por el Congreso de París de 1889 para los trabajadores de ambos sexos:

 

“1º Limitación de la jornada de trabajo a un máximo de ocho horas.

“2º Prohibición del trabajo a los niños menores de 14 años.

“3º Supresión del trabajo nocturno, excepto cuando éste sea exigido por razones de bienestar público o de orden técnico.

“4º Descanso no interrumpido de 36 horas por lo menos a la semana para todos los trabajadores.

“5º Supresión del pago en especie (Truck-system)

“6º Garantía del derecho de coalición.

“7º Inspección eficaz del trabajo industrial y agrícola, con intervención de representantes de las organizaciones obreras.

 

“Aunque el Congreso de París el 1889, el que se convocara en 1890 en Berlín y en 1906 en Berna conferencias internacionales de varios Gobiernos para la protección de los trabajadores y que se hayan formado Asociaciones internacionales para esta misma protección, se ha hecho poco en el dominio de la legislación, a pesar de largas discusiones, porque las clases dominantes se oponen al mejoramiento de las leyes protectoras del trabajo, por temor a ver dificultados sus intereses de clase. Y todo esto, aunque en ningún país la legislación protectora del trabajo crea dificultades a ninguna rama económica, y que por el mejoramiento de la salud de los trabajadores y el aumento de sus fuerza de trabajo que de ello resulta, el estado de la cultura general mejora y el capital se aprovecha del perfeccionamiento.

 

“Para impedir que los obreros caigan en el pauperismo, el Congreso de Amsterdam (1904) pidió que, bajo la administración autónoma de los trabajadores, y con un tratamiento igual de los extranjeros y los nacionales, se funden en todos los países instituciones que garanticen los medios suficientes para la subsistencia y los medicamentos a los enfermos, accidentados en el trabajo, inválidos, ancianos, dando a las mujeres en cinta y a las recién paridas los socorros necesarios para la salud de la madre y del niño, protegiendo a las viudas y a los huérfanos, así como a los parados, contra la miseria.

 

“Las leyes protectoras del trabajo y del seguro obrero vigentes no dan satisfacción a las reivindicaciones necesarias y justificadas de los obreros y resulta que precisamente se hallan sin protección los obreros de la agricultura y la selvicultura.

 

“En el dominio de la legislación obrera no se puede esperar progreso alguno sino por el esfuerzo enérgico de los trabajadores.

 

“Por esto el Congreso excita a los trabajadores de todos los países (de la industria, del comercio, de la agricultura, de todas las ramas de la actividad económica) a vencer la oposición de las clases directoras y A CONQUISTAR, por una propaganda incesante y una realización poderosa y perfeccionada sobre los terrenos político y económico, una legislación que les proteja con eficacia.

 

La solidaridad internacional

 

“El Congreso Internacional Obrero socialista de Copenhague.

 

“Insistiendo sobre el espíritu esencialmente internacional del movimiento proletario y recordando las tradiciones de solidaridad colectiva que se remontan hasta el origen de la primera Internacional.

 

“Hace un llamamiento a los trabajadores de todos los países para que llenen todos sus deberes de solidaridad obrera cada vez que una lucha entre el capital y el trabajo adquiera tal extensión que evidentemente los obreros del país donde la lucha esté empeñada no puedan hacer frente al enemigo con sus propios medios, concurriendo al sostenimiento de los camaradas en lucha con subvenciones que afluyan de todas partes, según las fuerzas proletarias de cada país.

 

“Esta acción es tanto más necesaria cuanto que la organización de las dos fuerzas en presencia se acelerará a medida que la clase obrera, por su acción sindical, sitiará de cerca al capitalismo: el poder capitalista se concentra en gigantescos trusts, en cartels, y en uniones patronales, nacionales e internacionales; por su parte, los obreros fusionan sus fuerzas, en primera línea en Confederaciones nacionales de trabajo. Bajo la impresión de esta concentración de fuerzas en ambos campos enemigos, la lucha de clases cambia a veces de aspecto y adquiere proporciones nuevas y más vastas. Son, pues, de esperar en todas partes batallas sindicales generales, provocadas por lock outs en grande escala, como el de Dinamarca en 1899, el de Suecia en 1909 o el de Alemania en 1910. La lucha de clases se extiende y se organiza cada día más y será en lo porvenir una necesidad de las más urgentes al concentrar las fuerzas de la clase obrera del mundo entero, pronta y vigorosamente para el día en que los obreros de todo un país o de toda una profesión estén bajo amenaza de ser aplastados por el poder de los capitalistas coaligados.

 

“El Congreso recomienda a la Internacional sindical que delibere sobre las medidas más propicias para reforzar la acción de la solidaridad obrera internacional y elaborar sus detalles. En orden general, el Congreso recomienda:

 

“La aproximación cada vez más íntima y permanente de las organizaciones sindicales obreras en cada país y por encima de las fronteras.

 

“La revisión de los Estatutos de los sindicatos y las Federaciones a fin de eliminar de estos reglamentos todo lo que pueda dificultar la acción internacional, efectiva e inmediata.

 

“El mejoramiento y la extensión de las relaciones internacionales de la prensa socialista y obrera; los periodistas socialistas de un país en que se prepare un gran conflicto o donde haya estallado ya, están particularmente obligados a transmitir informaciones prontas y exactas sobre la situación a sus colegas extranjeros, quienes, por su parte, estarán obligados a utilizarlas inmediatamente, a fin de despertar en todas partes el interés simpático de las masas obreras y llegar oportunamente a rectificar o desmentir las relaciones fantásticas y con frecuencia verdaderamente falsas que la prensa y las Agencias a sueldo del capital publican para desviar la opinión pública.

 

“Desde este punto de vista, es de un interés supremo para todo el movimiento obrero del mundo, que en todas partes exista una prensa socialista bastante poderosa para librar a las masas populares de la influencia y de la sugestión de la prensa burguesa.”

 

Contra la campaña en Marruecos

 

Pablo Iglesias es acogido con largos aplausos cuando se levanta a hablar. Expone la situación creada a España por la expedición a Marruecos; recuerda la política de Maura, los fusilamientos de Barcelona, los 90 millones gastados en la campaña, el aumento de 40 millones en el presupuesto de Guerra y la necesidad de detener estas expediciones coloniales por todos los medios posibles.

 

Al efecto, las delegaciones socialistas francesas y españolas se han reunido y elaborado una moción, que someten al Congreso.

 

Dice así:

 

“El Congreso, recordando la resolución adoptada por el Congreso de Stuttgart relativa a las empresas francoespañolas en Marruecos;

 

“Considerando que los socialistas franceses han tenido que protestar recientemente contra las incursiones de ciertos generales en territorio marroquí;

 

“Que por parte de los españoles se realizan preparativos militares a toda prisa en perspectiva de una nueva campaña;

 

“Que diariamente continúan pesando amenazas sobre ambos pueblos y sobre Europa entera a causa de los apetitos capitalistas,

 

“Invita a los Partidos Socialistas de todos los países y especialmente a los trabajadores de Francia y España a secundar más que nunca la vigorosa acción emprendida por los Partidos Socialistas de estas dos naciones, acción glorificada por el heroísmo de los revolucionarios de Barcelona y de otras localidades y a oponerse con todas sus energías a cualquiera nueva expedición.”

 

Esta moción fue aprobada por unanimidad.

 

La clausura

 

El Secretario del Comité Internacional, Camilo Huysmans, manifiesta que el Comité ha acordado celebrar el próximo Congreso de 1913 en Viena.

 

Adler, delegado de Austria, da las gracias por la distinción de que se hace objeto a los compañeros de su país y promete que harán lo posible para que el próximo Congreso reúna las condiciones de organización de que tan hermoso ejemplo han dado los daneses.

 

Inmediatamente usan la palabra Molkenbuhr (alemán), Hilquitt (nortamericano) y Jaurés (francés) para dar las gracias a los camaradas de Dinamarca por sus amabilidades para con los congresistas, amabilidades que confían hallar en el próximo Congreso de Viena.

 

Branting (sueco) saluda al Congreso en nombre de la Internacional y Klaus (danés) despide a los delegados en nombre de los trabajadores de Dinamarca, agradeciendo profundamente el homenaje que a éstos ha rendido la Internacional.

 

Vandervelde pronuncia breves frases de clausura:

 

“Vamos a tornar a nuestros países –dice- En todas partes vamos a reanudar la dura lucha. Los que viven en los países del capitalismo, han recibido buenas lecciones y vuelven dispuestos a que la organización sea más vasta cada día. Los que luchan en países oprimidos, vuelven con la esperanza de lo que se puede hacer en los países libres.

 

“¡Viva el Socialismo libertador! ¡Viva la Internacional!

 

La concurrencia, en pie, responde a estos vítores. Después, de todos los pechos, brota el himno La Internacional.

 

El VIII Congreso Socialista Internacional queda cerrado.

 .

EL OBRERO BALEAR

Núm. 446, 24 de septiembre  de 1910

 

Congreso Internacional Socialista

DE COPENHAGUE

La cuestión del arbitraje y el desarme

 

“El Congreso observa que en los últimos años, a pesar de las Conferencias de la paz y las declaraciones pacifistas de los Gobiernos, los armamentos han aumentado de manera considerable. En particular, la competencia de los armamentos marítimos, cuya última fase es la construcción de los Dreadnoughts, entraña un derroche insensato del dinero público con fines estériles, y es causa, por consecuencia, de la falta de recursos y la ausencia de gastos para reformas sociales y legislación protectora del trabajo; amenaza también con agotar materialmente a todas las naciones en fuerza de cargas intolerables sobre los impuestos indirectos y aniquilar a todos los Estados por la ruina de sus haciendas públicas. Al mismo tiempo, estos armamentos han amenazado recientemente una vez más la paz del mundo, y serán necesariamente una amenaza perpetua.

 

“Ante esta evolución, que es un peligro también para la civilización humana, para la prosperidad de los pueblos y para la existencia de las masas, el Congreso confirma las resoluciones de los Congresos anteriores y en particular la de Stuttgart, y recuerda:

 

“Que los trabajadores de todos los países no tienen entre sí cuestiones ni desavenencias que no puedan provocar una guerra; que las guerras no son provocadas actualmente más que por el capitalismo, y particularmente por la competencia económica internacional de los Estados capitalistas en el mercado del mundo, y por el militarismo, que es uno de los instrumentos más poderosos de la dominación burguesa en el interior para la dominación económica y política del proletariado.

 

“Las guerras no cesarán completamente sino con la desaparición de la sociedad capitalista. La clase obrera, que soporta las cargas más pesadas de la guerra y es la que más ha de sufrir, es, pues, la más interesada en su desaparición, El proletariado socialista organizado de todos los países es la única garantía segura de la paz en el mundo. Por esto el Congreso encarece nuevamente a los partidos obreros que extiendan la luz sobre las causas de las guerras entre el proletariado, y especialmente entre la juventud, educando a esta en el espíritu de la fraternidad de los pueblos.

 

“El Congreso, manteniendo por medio de los representantes socialistas en los Parlamentos la obligación, varias veces repetida ya, de combatir con todas sus fuerzas los armamentos y rehusar todos los recursos económicos para ellos, espera de estos representantes:

 

“a) Que reclamen sin cesar la solución obligatoria de todos los conflictos entre Estados por medio de arbitrajes internacionales;

 

“b) Que renueven constantemente las proposiciones encaminadas al desarme general, y, desde luego, y ante todo, las proposiciones de establecer Convenios que limiten los armamentos marítimos y abolir el derecho de presa marítima;

 

“c) Que reclamen la abolición de la diplomacia secreta y la publicación de todos los tratados existentes y futuros entre Gobiernos;

 

“d) Que exijan con insistencia la autonomía de todos los pueblos, defendiéndolos contra todo ataque belicoso y contra toda opresión.

 

“El Comité Socialista Internacional ayudará a todos los grupos parlamentarios en la lucha contra el militarismo, enviando documentos y sosteniendo una acción común de estos grupos.

 

“Para los casos de complicaciones guerreras, el Congreso confirma la moción antimilitarista del Congreso de Stuttgart, que dice:

 

“Ante la amenaza de una guerra, es deber de la clase obrera en los países comprometidos, es deber de sus representantes en los Parlamentos, con la ayuda del Comité Internacional, fuerza de acción y de coordinación, hacer todos los esfuerzos posibles para evitarla por todos los medios que les parezcan apropiados, y que varían, naturalmente, según la intensidad de la lucha de clases y la situación política general.

 

“En el caso de que la guerra estallase, a pesar de todo, tienen el deber de intervenir para hacerla cesar en seguida y utilizar con todas sus energías la crisis económica y política creada por la guerra para agitar las capas populares más profundas y precipitar la caída de la dominación capitalista.”

 

“A fin de asegurar la ejecución de estas medidas, el Congreso invita al Comité Socialista Internacional a realizar, para los casos de conflictos internacionales, alianzas entre los partidos obreros de los países interesados para una acción común con el fin de impedir la guerra.

 

Bohemia

 

“El Congreso Internacional de Copenhague, refiriéndose a la resolución del de Stuttgart de 1907 relativa a las relaciones entre las organizaciones políticas y sindicales, declara con insistencia que la lucha de clases proletaria no puede tener resultados favorables sino cuando existe una colaboración cordial entre las organizaciones políticas y sindicales.

 

“El Congreso declara enérgicamente que en este sentido, así como en el sentido de las resoluciones anteriores de los Congresos internacionales, la lucha por la emancipación del proletariado exige la unidad política y sindical, igual que la solidaridad del proletariado de cada nación, a fin de que estas dos ramos del movimiento obrero puedan laborar independientemente una de otra en el sentido de la resolución de Stuttgart, pero siempre de acuerdo y en relaciones cordiales con la finalidad común del proletariado. La unidad de los obreros de cada nación es la base de la solidaridad de los obreros de todos los países.

 

“El Congreso declara que todo esfuerzo por destruir la unidad presente de la clase obrera de cada nación es contrario a los principios del Socialismo Internacional. En el caso de que una nación o en un Estado cualquiera se produjesen conflictos serios entre el partido político y los Sindicatos, el Comité Internacional estará autorizado para tomar todas las medidas necesarias para reconciliar a los partidos en desacuerdo e intentar la aproximación de sus relaciones mutuas con el fin de realizar las intenciones de la Internacional.

 

EL OBRERO BALEAR

Núm. 448, 8 de octubre  de 1910

 

 

fideus/