Joan Monserrat Parets          Obreros lluchmayorenses (Llucmajor)

Si comprendéis que es injusto hallaros en tan triste situación, trabajando desde que amanece hasta que anochece, mal alimentados, en talleres poco higiénicos e insalubres, ganando el mísero jornal de ocho reales, y en vuestra vejez no queréis veros como vuestros padres apoyados con sus callosas manos en bastón después de haber gastado todas sus fuerzas acrecentado las riquezas de un señor, sin otra recompensa que la caridad pública; y tampoco queréis ver vuestras hijas prostituirse por un pedazo de pan, y vuestros hijos desde su más temprana edad sirviendo de carne de explotación a una máquina, o a una herramienta de más peso que ellos mismos, paralizando el desarrollo y desenvolvimiento de su débil cuerpo, y si lográis verlo en la flor de su juventud, no vaya a servir de comparsa para que cuando formuléis una petición justa a vuestros patronos se oponga a vuestro paso para detener vuestros legales pretextos; no debéis de emplear actitud tan suicida, consistiendo que con vuestra misma fuerza os amenacen con el hambre y la miseria, si no os resignáis a la cruel y bárbara explotación de que os hace víctimas vuestra ignorancia y la inexorable conciencia de vuestros patronos. Y como, comprendo, que no os es posible consentir tanta injusticia, y deseáis libraros de ella, lo primero que debéis hacer es asociaros, porque sabido es que por medio de la unión, luchando política y económicamente, conseguiréis lo que hasta os parece imposible y los que lo están, no deben de seguir los procedimientos empleados hasta la fecha, dejando que dos docenas de hombres guiados por su espíritu de convicción lleven tan pesada carga, empleando todos los medios a su alcance paa que sus respectivas Sociedades no experimenten un fracaso; lo que han conseguido mediante sus grandes esfuerzos, propagando sus dignas y nobles ideas, trabajando de día para ganarse el sustento y consagrando por la noche, y otras horas de descanso el tiempo necesario a su organización; y no obstante el obrero Lluchmayorense se ha mostrado siempre indiferente a la Sociedad de Resistencia, y exclamando cada vez que tal cosa les hablan. ¿Qué ha hecho la Sociedad? ¡bárbara palabra! ¿Cómo puede hacer nada si vosotros no le ayudasteis en su tarea y coadyuváis a su triunfo? ¿Creéis vosotros que vuestros brazos podrán levantar un peso superior a sus fuerzas si no contáis con la ayuda de una ley mecánica o de otros brazos? Yo creo que no ¿Pues como podrá obtener mejoras la Sociedad sino cuenta con vuestro apoyo moral y material? De ninguna manera y si obtiene serán pocas. Si en lugar de reconciliaros a ella cuando hay crisis de trabajo o cunado os sentís heridos por la explotación de vuestros patronos lo hubieseis hecho antes y contaseis con una potente organización, habríais resuelto los pequeños conflictos pasados y habríais obtenido mejoras con la más insignificante lucha solo por el temor que les habría inspirado vuestro compañerismo y unión.

Y a pesar de toda vuestra indiferencia e inconstancia, los que han sabido luchar como pertenece y debe todo trabajador consciente de su situación tienen constituida una Agrupación Socialista, donde reina más completa unión, y una cooperativa que es lo que más beneficia a la clase trabajadora, porque después de obtener todos los artículos más baratos están seguros y convencidos que no están adulterados hallándose en esto una gran ventaja ¿Comprendéis ahora algo de lo que significa la unión y los beneficios que reporta en manos de personas conscientes y que no quieren ver pisoteada su dignidad? Creo que si, y seguro que habéis comprendido todo cuanto llevo dicho y confiado que no han de ser estériles mis palabras, invito a todos los obreros a que se unan a sus compañeros de trabajo acudiendo cuanto antes a formar parte de las Sociedades de Resistencia, y demás instituciones que con ellas guarden relación, y convencido estoy que de hacerlo así, veríais en poco tiempo disminuir las horas de trabajo, lograr aumento en el jornal, y tratados más humanamente por los que se creen nacidos para vivir opíparamente a costa de vuestro sudor y trabajo.

Juan Monserrat

Lluchmayor, 13 de Septiembre de 1908

EL OBRERO BALEAR

Núm. 358, 28 de septiembre de 1908

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