Parlamentarismo

 

Las Cámaras españolas funcionan otra temporadita después de una clausura de larga duración y durante la cual los gobiernos han manoseado a ciencia propia al país sin acordarse de darle explicaciones de ningún género.

 

Maura declaró la guerra a Marruecos y a consecuencia de la cual fue arrojado de la presidencia que ocupaba desde ilo témpore. Se resuelve la crisis con un cambio de situación siendo el favorecido Moret, que es pronto barrido del poder por las camarillas mauro-canalejistas y endiosado el hasta entonces demócrata Canalejas. Este consigue el decreto de disolución de Cortes y convoca acto seguido elecciones legislativas sacando una mayoría efímera, divida y procedente de deshecho de otros partidos. Los conservadores ayudados por él se quedan con gran número de diputados, republicanos y socialistas vencen en todas partes donde luchan robándoseles gran cantidad de actas que se llevan los conservadores.

 

En este estado la mayoría y minorías se abren las Cortes con el discurso del Rey que no satisface a nadie, ni a mayoría ni minorías.

 

Empiezan los debates y como consecuencia natural se interpela a los gobernantes salidos sobre los sucesos de Julio y la sangrienta guerra de Melilla. Y había el conservador Sr. Maestre que se gana las antipatías de sus correligionarios por demostrar las barbaridades cometidas en la guerra. Es uno de los pocos conservadores que han dicho la verdad más o menos disfrazada.

 

Emiliano Iglesias director del “Progreso” hace historia de la semana sangrienta de Barcelona y del fusilamiento de Ferrer sacando graves cargos para Maura y Cierva que se ven el aluvión que les cae encima.

 

Pero el quid de los discursos pronunciados hasta ahora, estriba en la peroración de nuestro amigo Iglesias (Pablo), en el día 7. Su oratoria fácil y enérgica produjo en el Congreso una tempestad de protestas. Nadie creía que hablando Iglesias en su tribuna de la Cámara de diputados, se atreviese a sostener y repetir lo dicho anteriormente en los mitins y periódicos. En sus ataques a Maura, dejo patentizado la enorme responsabilidad que le corresponde en los pasados sucesos. Iglesias que no conoce, o no quiere usar la hermosura de decir y la fraseología hueca, combatió el asesinato de Ferrer, las represiones siniestras de las autoridades, la guerra de Melilla, las crisis del gobierno y desenmascaró a los demócratas con palabras que encontraron oposición en la mayoría y minoría conservadora. Pero no protestaban de las palabras propiamente dichas. Les importaba que en el pueblo tergiversase los conceptos vertidos, tomando como amenaza de atentado personal en los súbditos Maura y Cierva, lo que sólo era justificación del atentado, en caso de seguir los gobernantes en el poder y perseverar en su campaña de represalias, asesinatos y extrañamientos que había emprendido.

 

Eso, eso que es la verdad, les interesaba a los monárquicos que desconociera el pueblo para presentar al diputado socialista como inductor al crimen. El pueblo conoce a Iglesias y le admira cuando no le aplaude.

 

Por esta causa, el escándalo del Congreso ha redundado en nuestro favor, porque ha demostrado que nuestro diputado sigue en los escaños del Congreso, la misma política con análogos brios que lo viene haciendo en la calle. Y esto era puesto en duda por muchos elementos extraños a nuestro partido.

 

En nombre de Maura contestó a los discursos de los dos Iglesias el exministro de Gobernación, Cierva.

 

No dijo absolutamente nada. Se limitó a leer columnas y más columnas de periódicos nacionales y extranjeros, combatiendo con ello y sacando contradicciones entre lo escrito y lo manifestado por los diputados Emiliano y Pablo Iglesias.

 

Habló como particular simplemente. Como exgobernante y autor de los atropellos cometidos en Julio último, no. No fue tan siquiera capaz de defenderse refutando los argumentos que como puñales, le fueron dirigidos por su nefasta labor. Su larga peroración de tres horas, deja completamente en su pie los cargos admitidos por nuestros amigos; es más, los colabora con cartas que lee, que fueron secuestradas en registros domiciliarios perpetrados por sus secuaces. Estos escritos que da a la publicación, demuestra como fueron incautados a sus poseedores, abusando de su autoridad en Correos.

 

En fin, la labor llevada a cabo en estos días ha sido fructífera. Así tiene que continuar hasta derrumbar el presente régimen.

     

EL OBRERO BALEAR

Núm. 436, 16 de julio de 1910

 

fideus/